Al exjuez Baltasar Garzón no se le ha ocurrido otra cosa que remitirle una carta al Presidente de Chile, Sr. Sebastián Piñera, cuestionando el llamado “milagro económico chileno” y dándole luces acerca de las que considera causas de la actual crisis política, en su constante irrespeto a otros pueblos e intromisión en sus asuntos internos, al punto de llegar a amenazarlo con llevarlo ante la Corte Penal Internacional.
Este individuo fue expulsado de la carrera judicial española, caso único en la historia de los magistrados de la Audiencia Nacional, lo que lo descalifica para dirigirse al Presidente de una nación hispanoamericana, cuya democracia ha costado sangre, dolor y sacrificios a muchos chilenos.
Opina Garzón que los últimos treinta años de Chile han sido un desastre socio-económico, y que sólo una nueva constitución resolvería sus problemas, pero nada dice de Venezuela, donde sus correligionarios de Podemos han contribuido a la hecatombe social que hoy padecemos y que todo el mundo conoce.
Claro, de Venezuela sólo le interesan los casos de corrupción y narcotráfico que se van sucediendo en nuestro país, de los cuales se desprenden suculentas tajadas en forma de honorarios profesionales, para aquellos que como hienas, con la presa herida de muerte, se disputan un pedazo de sus entrañas petroleras, para seguir gozando de lujos y bienestar.
Garzón es el amigo de Pablo Iglesias, de Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Besacansa, Jorge Vestringe y muchos más, buitres carroñeros que asesoraban a Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores, para, entre otras cosas, aterrorizar al pueblo venezolano, y mantenerlo secuestrado con su discurso castro- comunista, hasta llevarlo a la situación en la que hoy se encuentra.
Menos mal que la sociedad española ya los ha identificado y van camino al desastre electoral el próximo 10N, pero estos son los españoles que avergüenzan a su gentilicio, pues sólo viajan a nuestros pueblos a vender sus teorías comunistas trasnochadas, a cambio de jugosos contratos en dólares, enmascarándolas en cambios constitucionales recomendados por ellos.
No han estado solos en esta agresión contra nuestro pueblo, también han contado con apoyos de gentuza bien colocada, como Luis Moreno Ocampo, ex Fiscal de la Corte Penal Internacional, que casualidad, también buen amigo de Baltasar, que durante los doce años que estuvo en ese cargo, rechazó todas las denuncias por crímenes de lesa humanidad que presentamos contra Hugo Chávez y sus colaboradores más cercanos.
Estos depredadores todavía no han sido capaces siquiera de pedir perdón, al contrario, ahora alzan sus voces para apoyar los fuegos de combustión no espontánea, que hoy sacuden a Hispanoamérica. Obviamente, quieren seguir vampirizando pueblos, no les bastó con arruinar a Venezuela, y ahora fijan sus miradas en otros países de nuestro entorno. Venezuela ya no les interesa, pero Chile parece una presa suculenta.
William Cárdenas Rubio-Vargas
Plataforma Democrática
de Venezolanos en Madrid.
