Hallazgo arqueológico: Encuentran 14 mamuts en México y cambia la hipótesis de cómo se cazaba en la prehistoria

Hallazgo arqueológico: Encuentran 14 mamuts en México y cambia la hipótesis de cómo se cazaba en la prehistoria
Mamut encontrado en México PD

Un hallazgo arqueológico cambió muchas hipótesis de la prehistoria. México entró esta semana en la lista de países que tienen en su territorio uno de los pocos “megasitios de mamut” del mundo.

El novedoso título corresponde al municipio de Tultepec, al note de Ciudad de México, donde investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) hallaron los restos de al menos 14 mamuts lanudos en trampas hechas por humanos hace unos 15.000 años. Los expertos encontraron más de 800 huesos de mamut esparcidos en dos fosas, consideradas las primeras trampas de mamuts artificiales que se descubren.

Ahí radica la importancia de este hallazgo, calificado por los arqueólogos del INAH como una “noticia de impacto mundial por su trascendencia”. Los huesos de los animales y todo el sistema de caza que hubo alrededor se encontraron de forma casual, cuando el ayuntamiento de Tultepec inició la construcción de una nueva celda para almacenar la basura, algo que según el arqueólogo al mando de la operación facilitó las cosas “por el gran tamaño de la zanja”.

El trabajo de excavación duró unos 10 meses. Al presentar los detalles del descubrimiento, el coordinador nacional de Arqueología del INAH, Pedro Francisco Sánchez Nava, declaró: “Este hallazgo representa un parteaguas, una piedra de toque sobre lo que hasta ahora imaginábamos fue la interacción de bandas de cazadores-recolectores con estos enormes herbívoros”.

El experto precisó que esto cambia la imagen “azarosa” y “eventual” que se tenía sobre la caza del mamut: la de un animal al que se atacaba únicamente cuando caía en un pantano. Las dos fosas tienen paredes de casi 90 grados, 1,70 metros de profundidad y 25 metros de diámetro, y fueron utilizadas como trampas destinadas a estos grandes mamíferos.

El arqueólogo precisó que se han recuperado 824 huesos, sin relación anatómica en su mayoría, correspondientes a 14 mamuts. Entre los restos hay ocho cráneos, cinco mandíbulas, 100 vértebras, 179 costillas, 11 escápulas, cinco húmeros, además de ulnas (cúbitos de un hueso largo), pelvis, fémures, tibias y otros huesos “pequeños”.

Cómo era la cacería

Tras largas investigaciones, los expertos reconstruyeron cómo debió ser la cacería del mamut en la región, donde grupos de entre 20 y 30 cazadores azuzaban a la manada con antorchas y ramas, hasta separar a algún ejemplar y dirigirlo a estas trampas. Una vez allí, era rematado desde fuera y luego venía un largo proceso de aprovechamiento del animal.

El arqueólogo Luis Córdoba precisó que las costillas de estos animales, como se aprecia en las marcas de cinco, se usaban para recargar y cortar la carne; también se encontró el extremo de una ulna que sirvió de herramienta de pulimento, posiblemente para retirar la grasa de la piel.

Los órganos también se consumían, incluida la lengua que podía pesar hasta 12 kilos, razón por la que sus cráneos suelen encontrarse invertidos. Además del destazamiento de la carne y la disección del esqueleto, operaciones que se realizaban en la propia trampa, los humanos rendían culto a la presa tras su muerte.

“Por el orden de las piezas se aprecia cómo hicieron rituales como de honor al mamut. Por ejemplo, encontramos una costilla izquierda metida en un arco zigomático derecho, algo que tuvo que ser intencionado”, indicó Córdoba.

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