Un doble muro de 1.100 kilómetros separará la frontera entre EEUU y México

EEUU construirá una doble valla de unos 1.125 kilómetros de longitud en la frontera con México, después de que tanto la Cámara de Representantes como el Senado hayan dado su respaldo al proyecto, que costará cerca de 2.000 millones de dólares (unos 1.600 millones de euros).

La iniciativa, a la que la Cámara de Representantes ya había dado su visto bueno el pasado 14 de septiembre por 283 votos contra 138, fue debatida este mismo viernes en el Senado, donde 80 legisladores la apoyaron y 19 la rechazaron.

Ahora, la ley será enviada al presidente George W. Bush para su promulgación.

Horas antes de la votación definitiva en el Senado, la Cámara Baja había aprobado asignar 1.200 millones de dólares (unos 950 millones de euros) para la construcción, dentro del presupuesto para programas de seguridad nacional durante el año fiscal 2007, que comienza el domingo.

Además del doble muro, se establecerá una barrera ‘virtual’ en la que se utilizarán aviones, helicópteros, lanchas motorizadas, perros adiestrados, barreras, luces de alta potencia, equipos infrarrojos y de comunicación, así como uniformes blindados.

Los agentes de la Patrulla Fronteriza tendrán más autoridad para detener e inmovilizar vehículos que se dan a la fuga; hasta ahora sólo pueden colocar barricadas con púas.

La vigilancia se reforzará en las zonas fronterizas de California, Arizona, Nuevo México y Texas.

¿Un ‘truco político’?
La construcción del doble muro ha sido aplaudida por el secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, por considerar que contribuye a fortalecer la seguridad del país, pero es rechazada por grupos de defensa de los Derechos Humanos.

La oposición demócrata, por su parte, acusa a los republicanos de utilizar políticamente la iniciativa sobre el muro tras haber convertido la inmigración en uno de los temas clave de cara a las elecciones legislativas del 7 de noviembre.

«Esto tiene que ver con noviembre. Tiene que ver con la protección de los legisladores que se juegan su escaño, no con la protección de la frontera», aseguró el líder de la minoría demócrata, Harry Reid.

En la misma línea se manifestó su correligionario Ken Salazar, quien denunció la medida como un «truco político» que no interesa a EEUU «a largo plazo».

Tampoco convence la ley a México. «Enviaremos una nota en la que explicaremos respetuosamente a la Casa Blanca las razones por las que el Gobierno mexicano piensa que ésta no es la solución adecuada y podría suponer un motivo de queja», señaló el ministro de Exteriores, Luis Ernesto Derbez.

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