(Periodista Latino / BBC Mundo, Hernando Salazar).- Horas después de la explosión de un coche bomba, que dejó 23 heridos en Bogotá, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, atribuyó el atentado a las FARC y abortó los pasos hacia un intercambio humanitario y anunció que buscará un rescate a la fuerza de 59 retenidos en poder de ese grupo guerrillero.
El anuncio fue hecho por Uribe en la sede de la Universidad Militar Nueva Granada, en el norte de Bogotá, donde, en un parqueadero contiguo a la Escuela Superior de Guerra, estalló el coche bomba el jueves.
El presidente reveló que se conoció una conversación de Jorge Briceño, alias «El Mono Jojoy», uno de los máximos jefes de las FARC, donde se ordena el atentado.
Uribe también pidió que las fuerzas armadas persiguieran a los líderes rebeldes y pidió a apoyo militar y de inteligencia a países como España y Francia.
No habrá intercambio
A raíz de eso, Uribe suspendió los planes para desmilitarizar una zona del valle del Cauca exigida por las FARC para llevar a cabo un intercambio humanitario de civiles y militares retenidos por la organización a cambio de guerrilleros presos.
El anuncio de Uribe ha causado el pesimismo entre los familiares de las personas que se encuentran secuestradas por las FARC.
Según Uribe:
«El único camino que queda es el rescate militar de los secuestrados. No puede seguir la farsa del intercambio humanitario como lo han planteado las FARC».
Aunque no se sabe si la orden presidencial ya está en curso, familiares de secuestrados, como Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, lamentaron la decisión y dijeron que peligra la vida de los rehenes.
Además de Betancourt, las FARC tienen es su poder a decenas de policías, soldados, seis ex parlamentarios y tres ciudadanos estadounidenses, entre otros.
Pesimismo pasado
Algunos observadores locales ya habían apuntado problemas graves en las negociaciones entre las FARC y el gobierno.
Carlos Eduardo Jaramillo, ex consejero de paz del gobierno del presidente César Gaviria, y quien condujo las negociaciones para la desmovilización de una facción del Ejército de Liberación Nacional y de grupos de milicianos en Medellín, afirmó a la BBC que las FARC exigían condiciones «imposibles de cumplir».
Para Jaramillo:
«Las condiciones del canje son prácticamente imposibles de salvar (…) como la inclusión de ‘Simón Trinidad’ y ‘Sonia'», quienes fueron extraditados a Estados Unidos por narcotráfico».
Según el experto, que es sociólogo y profesor universitario:
«Por más que quiera ayudar a Uribe, el gobierno de George W. Bush, en vísperas de unas elecciones donde los republicanos pueden perder la mayoría en el Senado o en la Cámara, no se pondrá a pelear con la rama judicial para regresar a ‘Trinidad’ o a ‘Sonia’ a Colombia».
Uribe reconoció que las negociaciones entre las Farc y el Gobierno pasan por un muy mal momento:
«Las FARC quieren sentarse y que el gobierno se tenga que parar, con los costos que le implica. Sin embargo, el canje le daría oxígeno al gobierno, que está pasando por un pésimo momento».