(PL/Agencias).- Augusto Pinochet superó la etapa crítica tras un infarto al miocardio, revelaron ayer fuentes médicas, en declaraciones que generaron dudas sobre la veracidad del padecimiento del ex dictador, quien fue acusado de realizar un «montaje» para evadir la justicia.
Los médicos del Hospital Militar de Santiago salieron de inmediato a desmentir las acusaciones de un «montaje» en torno a la grave enfermedad que afectó a Pinochet, debido a su rápida recuperación.
El médico jefe del nosocomio, Juan Ignacio Vergara, indicó que el paciente había superado la etapa crítica derivada del infarto de miocardio que sufrió el domingo.
Además, Vergara dijo que el ex militar está consciente, conversa, respira por sí mismo y se alimenta (además con líquidos y sueros), pero que debido a sus 91 años y las condiciones clínicas previas que traía, continuaría en la unidad de ciudados intensivos, al menos hasta este miércoles.
Abogados querellantes expresaron sus dudas por la recuperación (que la familia Pinochet consideró «un milagro») e insistieron en que el ex dictador está valiéndose de su salud para evadir la justicia cuando está «cercado». El conocido periodista local Alejandro Guillier afirmó que ninguna persona de 91 años sobrevive a un padecimiento así.
Ante este panorama, el doctor Vergara y su colega Rodrigo Águila convocaron a la prensa y dijeron que la mejoría no es extraordinaria y se debe a que se actuó en forma rápida y con los procedimientos adecuados, insistiendo en que el paciente llegó con infarto y con riesgo vital.
Justo el lunes, la Corte de Apelaciones de Santiago concedió al militar la libertad bajo fianza en un proceso relacionado con la llamada Caravana de la Muerte. Antes de ser internado, Pinochet se encontraba bajo arresto domiciliario.
Marco Antonio Pinochet Hiriart, el hijo varón menor del ex dictador, coincidió en que las posibilidades de que un hombre de la edad de su padre sobreviva a un infarto son nulas. Explicó que este caso es diferente, ya que su progenitor tiene una ambulancia en la casa y un enfermero.
También hizo un emplazamiento al periodista que hizo los comentarios: «Invito al ´doctor Guillier´ a que venga a este hospital. Yo lo voy a recibir personalmente para que él vea el estado real de salud de mi padre, para que él luego lo informe».
Horas más tarde el general retirado Guillermo Garín, portavoz de la familia de Pinochet, desmintió los rumores que se extendieron en el extranjero de que el ex general había muerto y culpó a la extrema izquierda de propagar este tipo de versiones.
A su vez, la presidenta chilena Michelle Bachelet consideró que es «de mal gusto» hablar sobre los funerales de Pinochet cuando éste aún está vivo y recuperándose de un infarto al corazón.
