Sarkozy no cree que la inmigración haya tenido gran peso en la economía española

El ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy, ha mostrado su desacuerdo con que la inmigración haya tenido un peso importante en la actual «potencia» económica española, una postura que ha sido defendida por el Gobierno de Zapatero.

Pretender lo contrario es «audaz», subrayó Sarkozy en una concurrida rueda de prensa para hacer balance de la lucha contra la inmigración ilegal en los casi cinco años que ha estado al frente del Ministerio de Interior.

«Si la inmigración clandestina hubiese producido tanta riqueza» en España, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, «no habría dicho que no hará más regularizaciones masivas», manifestó el postulante a la candidatura oficial de la conservadora y gobernante UMP al Elíseo.

LAS DECLARACIONES DE ZAPATERO

A finales de noviembre pasado, Rodríguez Zapatero subrayó que en el crecimiento económico español han sido «determinantes» la mayor incorporación de la mujer y de la inmigración al mercado de trabajo, y que esas dos variables habían aumentado también el «potencial de crecimiento en los años venideros».

Las declaraciones se vieron sustentadas además por un informe de la Oficina Económica del Gobierno, que entonces estaba dirigida aún por Miguel Sebastián, actual candidato a la Alcadía de Madrid.

Sarkozy:

«Si el milagro económico español se debiese a la inmigración no veo por qué Zapatero no seguiría con las regulaciones masivas».

El ministro francés ha hecho hincapié en la «tensión extrema» que esa cuestión genera en el debate político español.

LAS REFORMAS

España, que es un país de inmigración desde hace apenas «cinco o seis años», «ha pasado de tener una economía rural a ser una economía potente que pesa en Europa», y eso -según el ministro- se ha debido a las «reformas» que han aplicado sucesivamente los gobiernos de Felipe González, José María Aznar y Zapatero.

«La regularización española de 2005, de cerca de 600.000 personas, ha precipitado a los brazos de las redes criminales a jóvenes africanos atraídos por las sirenas de la regularización».

Abogó, por otra parte, por instaurar un «estatuto político europeo» y adoptar un pacto europeo sobre inmigración, así como elaborar un tratado sobre inmigraciones internacionales.

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