El Parlamento holandés ha aprobado una moción para paralizar la expulsión de 26.000 inmigrantes ilegales prevista por el Ejecutivo de coalición liderado por el primer ministro democristiano Peter Balkenende. La polémica medida que los partidos de izquierdas pretenden frenar afecta a 26.000 inmigrantes en buscan asilo y que viven en el país desde antes de 2001, año en el que Holanda endureció sus leyes en materia migratoria.
La moción, ha contado con el respaldo de 76 diputados de un parlamento con 150 escaños, va dirigida contra la ministra de Inmigración Rita Verdonk y ha sumido al Gobierno holandés en su peor crisis desde que se constituyó el parlamento tras las elecciones legislativas celebradas el pasado 22 de noviembre.
El Partido Laborista, la formación más importante en la oposición, ha logrado formar una alianza parlamentaria con pequeños partidos de izquierda, entre ellos el Partido Socialista, Izquierda Verde, Unión Cristiana y el Partido de los Animales, a favor de la medida de gracia.
La CDA y el VVD, por contra, se oponen a la amnistía argumentando que sería injusto para aquellos que ya se vieron forzados a abandonar el país y, además, supondría un efecto llamada para futuros demandantes de asilo.
MANO DURA
La ministra Verdonk, del partido liberal VVD, tiene fama de ser una política implacable con el fenómeno migratorio. Su decisión más polémica la tomó en 2004 e implicaba la expulsión de 26.000 demandantes de asilo en un periodo de tres años.
Es probable que presente su renuncia tras este varapalo en el Congreso, y con ella los otros ministros del VVD que junto a los democristianos (CDA) de Balkende forman la actual coalición de gobierno. Además, este voto de censura complica seriamente las negociaciones que se estaban llevando a cabo para la constitución de un nuevo Gobierno conforme a los resultados de los comicios de noviembre.
