Ecuador insiste: no acepta el glifosato

(PL/Agencias).- La diplomacia ecuatoriana considera que el anuncio colombiano de suspender las aspersiones aéreas en ocho días no puede ser interpretado como un gesto amistoso.

Por ello, el canciller Francisco Carrión anunció ayer que los canales de diálogo se podrán abrir si Colombia realiza una suspensión inmediata de las aspersiones con glifosato en la zona de frontera.

“Si la suspensión es hoy, entonces mañana estoy dispuesto a viajar a Bogotá para tratar de recuperar la relación, de lo contrario no”, señaló ayer el canciller Carrión.

La postura del Ministro de RR.EE. se debe a que el gobierno de Álvaro Uribe no suspenderá su plan por pedido ecuatoriano. Al contrario, en Carondelet y en la Cancillería hay la plena certeza de que lo único que ha hecho Colombia es aumentar el volumen de aspersiones con glifosato para terminar en un menor número de días de lo planificado. “Lo único que busca el gobierno de Uribe con estos anuncios es quemar tiempo, porque lo único que ha hecho es rociar la mayor cantidad de glifosato en un menor número de días”, señaló ayer una fuente diplomática a este Diario.

De hecho, en primera instancia, Colombia debía realizar la fumigación en cuatro semanas. Pero a raíz del incremento de número de fumigaciones de sus avionetas, su plan se reducirá a tres semanas.

Bajo este panorama, el futuro de la relación luce incierto, ya que el Ecuador ha manifestado su intención de normalizar relaciones con Colombia solo si ese país acepta realizar un estudio in situ sobre los efectos del
glifosato.

Es más, el gobierno de Palacio ha anunciado que solo dispondrá el retorno de su Embajador a Bogotá cuando Colombia acepte la realización de un estudio.

“Si el Gobierno colombiano está seguro que el uso del glifosato es inofensivo para la vegetación y los seres humanos, no entiendo por qué no acepta hacer un estudio”, señaló el canciller Carrión.

En ese sentido, el Ministro anunció que una vez que finalicen las aspersiones la semana entrante, Ecuador analizará sus acciones.

Según el Ecuador, Colombia no participó en la definición de los términos de prueba para que una misión de las Naciones Unidas pueda realizar un estudio prospectivo. Esto, a pesar de que el 7 de diciembre del 2005 la entonces canciller Carolina Barco firmó una declaración conjunta en la que se comprometió a participar del estudio de la ONU.

En este escenario, la diplomacia ecuatoriana sostiene que el estudio que debe realizarse también debe abarcar los coadyuvantes que son parte de la mezcla que Colombia usa para fumigar.

Al respecto, el vicecanciller Diego Ribadeneira señaló que el resto de componentes que se emplea en las aspersiones es tan o más “nocivo” que el propio herbicida.

Además, el diplomático reiteró que el Ecuador no se opone a que Colombia erradique los cultivos de coca, sino a la forma de hacerlo. “En el país usamos glifosato de formal manual para combatir a la naturaleza, pero no lo rociamos en avionetas para que mate todo lo que se encuentra alrededor”.

De ahí que una de las salidas que plantea el Ecuador es que Colombia realice una erradicación manual. Sin embargo, esta propuesta, que supuestamente analiza Bogotá, resulta impracticable, ya que las FF.AA. colombianas no ejercen soberanía en su territorio.

Esa parte del territorio colombiano es controlado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), que impiden que erradicadores eliminen las plantaciones de coca.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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