(PL/Agencias).- El secuestro del reportero gráfico peruano Jaime Rázuri en Gaza ha motivado una ola de solidaridad en medio de la incertidumbre sobre su paradero y la intervención de las autoridades de Perú, Francia y Palestina para buscar su liberación.
El plagio motivó la cobertura unánime de los medios locales, la solidaridad de la prensa extranjera en el país andino y la movilización de las cancillerías de Perú y Francia, ya que Rázuri trabaja en la agencia francesa de noticias France Press (AFP).
Decenas de periodistas de medios nacionales y de agencias se reunieron en el atrio de la Catedral de Lima en una vigilia para pedir su liberación, y colocaron velas encendidas y fotografías suyas.
Los participantes, entre los que estuvieron Delia de Rázuri, la madre del reportero, y uno de sus hermanos, calificaron al fotógrafo de «buen amigo y colega» y destacaron la unión que ha generado su caso entre los periodistas peruanos.
Delia de Rázuri manifestó su esperanza de que su hijo será liberado indemne porque, según dijo, él «cree mucho en Dios y tiene fuerza».
La madre del reportero señaló que hasta el momento «ninguna autoridad» peruana se ha comunicado con ella, pero dijo que cree que «están haciendo lo que tienen que hacer» para lograr su liberación.
El canciller de Perú, José García Belaúnde, señaló que el Gobierno de su país «hará todo lo posible» para lograr la liberación del reportero «y su plena reincorporación sana a la vida normal».
Según indicó, la Cancillería mantiene contacto con las autoridades palestinas, tanto en Oriente Medio como con su representante en Lima, así como con el Gobierno de Francia, que también reclamó la liberación del fotógrafo.
Sin información
El Ministerio francés de Asuntos Exteriores reconoció que carece de informaciones acerca de su suerte y aseguró que el consulado francés en Jerusalén está en contacto con la Autoridad Nacional Palestina para obtener todos los datos acerca de su situación.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) también pidió «la movilización de todos» para obtener la rápida liberación del reportero y denunció la ausencia de voluntad política de las autoridades palestinas para acabar con estas acciones en la zona.
Por su parte, la Asociación de la Prensa Extranjera en Perú (APEP) expresó «su más enérgica condena» por el secuestro de su integrante y exigió «el respeto a su vida y su más pronta liberación».
El presidente de APEP, Luis Jaime Cisneros, instó al Gobierno peruano a «redoblar sus gestiones diplomáticas ante la Autoridad Nacional Palestina para lograr su puesta en libertad».
La prensa extranjera acreditada en Lima confió en que Rázuri, de 50 años, sea liberado pronto, al considerar que en Palestina «una veintena de casos semejantes de secuestros de periodistas extranjeros acabaron en cuestión de horas o, en el peor de los casos, en menos de dos semanas».
La Asociación de Reporteros Gráficos y Camarógrafos de Perú se sumó a estas peticiones y solicitó a los secuestradores que respeten la integridad del reportero «independientemente de las motivaciones que originaron» su secuestro.
«La violencia no es un método válido de acción política y contraviene toda noción del respeto a los derechos humanos», subrayó el organismo.
Rázuri fue secuestrado el lunes a las puertas de la oficina de France Presse en el barrio Al Rimal, en el centro de la ciudad de Gaza, por «cuatro individuos armados que actuaban con el rostro al descubierto», según Reporteros. Ninguna facción armada palestina se atribuyó la captura del fotógrafo de prensa.
La comunidad budista Dzogchen, de la que es miembro el fotógrafo, ha convocado una cadena mundial de oración de 24 horas para invocar su liberación.