“Apocalypto”, las civilizaciones más agresivas serían las más avanzadas

“Apocalypto”, las civilizaciones más agresivas serían las más avanzadas


(Raúl Alda).- El término griego que da título a la nueva película de Mel Gibson sugiere la idea de “descubrimiento” o de “empezar algo nuevo”. De esta manera la civilización maya viviría sus estertores, consumiendo sus últimos alientos hasta abandonarse a su completo declive.

De acuerdo con el historiador William Durante, con su cita comienza “Apocalypto”, ninguna civilización es conquistada por otra sin que antes tenga lugar su propia autodestrucción.

Queda, pues, a salvo de posibles interpretaciones tendenciosas el papel de los españoles, en calidad de conquistadores, que brevemente aparecen hacia el final de la película, justo cuando arriban por primera vez a la costas del Yucatán.

Mel Gibson, polémico personaje al que le podemos otorgar sin remordimientos la condición de autor, profesa una visión del mundo tildada de conservadora y tradicional, lo que sin duda hoy en día choca con ese “pensamiento único” que destila lo “políticamente correcto”. Si uno logra librarse de tan pegajosas ataduras descubrimos a un cineasta apasionado con una visión única y contagiosa que logra transmitir emoción y profundidad, el principal y fundamental propósito del oficio de hacer películas.

“Apocaypto” es un film cinético como el propio Gibson afirma, el movimiento, la supervivencia, la adrenalina están presentes prácticamente en cada plano. Junto a la gran Ciudad-Estado, vestigio del antaño esplendor maya, subsisten pequeñas tribus autosuficientes, integradas con la naturaleza y mucho más pacíficas.

El ritual maya por excelencia, el sacrificio humano para aplacar la ira de los dioses o simplemente contentarles, exige auténticas cacerías humanas para capturar esclavos y posteriormente ejecutarles en los rituales cuyo sanguinario espectáculo es seguido por masas enfervorecidas al mismo tiempo que la máxima autoridad de la ciudad aprovecha la oportunidad para lanzar sus arengas.

Pues bien la historia que nos propone Gibson no puede ser más sencilla, tras arrasar los guerreros mayas una de esas aldeas y deportar a sus habitantes, uno de ellos, llamado a ser el líder natural de esa pequeña comunidad, el joven guerrero Jaguar Paw, logra escapar in extremis de su inmolación y huir de vuelta al bosque. Allí, en su hábitat natural, le esperan mujer e hijos que quedaron escondidos.

Por supuesto la persecución implacable de Jaguar Paw ocupa buena parte de la película pero la cuestión de fondo sería otra. Según lo que deja traslucir con levedad “Apocalyto” la decadencia de los mayas estaría relacionada con su organización social y los rituales macabros como máximo exponente de una degradación moral imparable.

La estructura de la comunidad arrasada sería más parecida a nuestra concepción judeocristiana de la vida, ellos son los buenos, un pueblo de cazadores y recolectores con una estructura social en la que la familia, en los mismos términos que la conocemos ahora, es la base. De aquí puede surgir ese pensamiento conservador que automáticamente, los “progres” por ejemplo, denuncian. Pero siendo honestos por qué oponerse al concepto de familia sobre todo en los casos en que ésta funciona.

Otra cuestión de cierta importancia consistiría en considerar la conclusión latente que subyace en “Apocalypto”, las civilizaciones más agresivas serían las más avanzadas. Por muy idílica que fuera la vida en la aldea, los mayas gozaban de mayores recursos y habilidades como demostraron sus construcciones y su dominio de la astronomía. Quizá, como las imágenes de Gibson inducen a pensar su dominio de la técnica resulta insuficiente para subsistir sin un orden moral o una estructuración social equilibrada.

En cualquier caso más allá de estas reflexiones “Apocalyto” es una película de aventuras muy entretenida, hablada en el idioma maya original y por actores indígenas desconocidos que se deja ver muy bien aunque se eche de menos el haber mostrado más facetas de la interesantísima y misteriosa civilización maya.

Raúl Alda, es subdirector del programa de Televisión Española, «Días de Cine»

Más información en el programa de la 2 “Días de Cine” emisión 17.01.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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