(Paul Monzón).- Dos chicas se pegaron. Se jalaron de los pelos. Una ganó. Se metió de por medio el novio. El novio de la otra entró en liza. Se pegaron. Uno ganó. El otro se quedó picón. LLamó a sus amigos. Los amigotes de ambos surgieron como setas.
Empezó la batalla campal en la localidad madrileña de Alcorcón. La guerra. Los radicales de izquierda, derecha, centro, o de «Al fondo a la derecha» hicieron suya la afrenta -supuesta- de «Bandas latinas».Hombre!, de que hay bandas, las hay…perop también de skinheads, bakalas, etc.
Un hecho puntual que sólo viene a demostrar el descontrol en el cual se ve inmersa nuestra juventud. Más control por parte de los padres y más salidas en trabajo, educación, etc, por parte del gobierno. Y al que delinca, el peso de la ley.