EEUU deporta a México a una madre sin su hijo

(EFE).- La inmigrante indocumentada Elvira Arellano, que durante más de un año estuvo refugiada en una iglesia de Chicago, fue deportada a México esta madrugada tras ser detenida en Los Ángeles, informaron las autoridades estadounidenses.

Arellano fue llevada por las autoridades a Tijuana, donde se encuentra libre, informaron fuentes allegadas a la mujer.

«Elvira es una mujer fuerte, está decidida a seguir luchando por sus derechos y los derechos de otros», afirmó su ahijada, Tanya Lozano, en una entrevista difundida por los canales de televisión de CBS en Los Ángeles y Chicago.

El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), indicó que la mujer había sido deportada en cumplimiento de una orden de 1997.

Arellano se convirtió en símbolo de los esfuerzos de millones de inmigrantes indocumentados para impedir que se les separe de sus familiares después de que buscase el amparo de la Iglesia Metodista Adalberto, en Chicago, en cuyo templo permaneció un año.

Arellano tiene un hijo, Saúl, de ocho años, nacido en Estados Unidos y por lo tanto ciudadano estadounidense. El niño, según la cadena de televisión CBS, ahora ha quedado bajo la custodia de amigos de Arellano, y la madre está en Tijuana.

Detenida y deportada

Arellano fue detenida el domingo cuando salía del santuario que había obtenido en la iglesia católica de Nuestra Señora Reina, en la Placita Olvera, en el centro de Los Ángeles (California). La mujer había llegado al templo el sábado.

Según testigos citados por CBS, Arellano se mantuvo en calma cuando los agentes del ICE rodearon el automóvil en el cual se encontraba, y su mayor preocupación fue por su hijo, de quien tuvo tiempo de despedirse.

«Éste es un golpe más a la comunidad hispana», declaró el sacerdote católico Luis Ángel Nieto, uno de los dirigentes del ‘Movimiento Nuevo Santuario’, en Los Ángeles.

«No vamos a tolerar esto y vamos a radicalizar nuestro llamamiento», anunció Nieto, quien dijo que se reunirán en la Placita Olvera los dirigentes y activistas del movimiento para decidir qué acciones tomarán.

Arellano sabía que podría ser detenida en cualquier momento. «Existe la posibilidad, porque Inmigración me considera una persona fugitiva y han dicho que en el momento que ellos quieran, van a arrestarme y deportarme», dijo Arellano el sábado en una entrevista en su lugar de refugio.

«Pero no puedo quedarme cruzada de brazos, esperando, ante la situación en que me encuentro y en la que se encuentran millones de familias, en una crisis muy difícil», añadió.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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