Obama barre a Hillary en Carolina del Sur

Obama barre a Hillary en Carolina del Sur


(PL).- Estas elecciones no van de «negros contra blancos», sino del «pasado contra el futuro». Suena más a deseo que a realidades, pero así se ha expresado Barack Obama, aspirante afroamericano a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, ante un millar de jóvenes seguidores tras conocerse su contundente victoria en las primarias celebradas este sábado en Carolina del Sur.

Obama, del que sus más malévolos críticos comienzan a recordar que tiene como segundo nombre el de «Hussein», se ha imnpuesto a Hillary Clinton y John Edwards por la candidatura demócrata a la Casa Blanca.

Con este triunfo, la campaña presidencial de Obama aspira a detener la inercia lograda por Hillary en New Hampshire y Nevada para competir en igualdad de condiciones de cara al «Súper-Martes» convocado para el próximo 5 de febrero.

Fecha en la que una veintena de Estados de la Unión, en el equivalente a unas primarias a nivel nacional, elegirán a casi la mitad de los delegados para determinar las nominaciones presidenciales de republicanos y demócratas.


HILLARY PIERDE PLUMAS

El segundo puesto en Carolina del Sur ha sido para la ex primera Dama, que ha obtenido un 27%, seguida de Edwards, que a pesar de haber invertido una gran cantidad de dinero y tiempo para competir en su Estado natal, donde esperaba dar una sorpresa, ha logrado sólo un 18%.

La victoria del joven senador por Illinois, que partía favorito y que finalmente ha obtenido un 55% de los votos, se ha visto claramente favorecida por al apoyo masivo de los votantes afroamericanos.

Quizá por ello, en su primera intervención pública tras la victoria, Obama ha tratado de atenuar la tensión racial que ha existido en la campaña en los últimos días para evitar así que se le considere como «el candidato de los afroamericanos», lo que podría perjudicarle en el resto del país.

El senador ha remacardo, en cambio, que el resultado revela que hay muchas personas de distinta posición y clase, religión y raza, e incluso creencia política, que quieren luchar por el cambio y unirse a su proyecto político.

La contienda en Carolina del Sur, un Estado marcado por el desempleo y el voto negro, ha sido especialmente dura para Obama y Clinton, hasta el punto de que Obama ha apelado por primera vez en esta campaña al voto de color, que representa más del 50% de los demócratas. Según los observadores, Obama continuará con esta estrategia en otros Estados sureños, como Georgia y Alabama.

El respaldo a Obama ha sido aplastante entre la población negra (más del 80%), que constituye la mitad de los votantes. Pero también parece superior a lo esperado entre los electores blancos (un 24%).

La participación electoral de las mujeres fue, como en todas las anteriores primarias, espectacular. Seis de que cada 10 votantes fueron mujeres. Pero esta vez no todas emitieron su voto a favor de Clinton. Obama ganó el voto femenino negro y obtuvo un decente 22% del voto de las mujeres blancas.

NUEVO IMPULSO

Después de perder en New Hampshire y Nevada, esta victoria da un respiro al senador y nuevo impulso a las elecciones de cara al supermartes del próximo 5 de febrero, cuando tanto demócratas como republicanos celebrarán elecciones primarias en más de la mitad de los Estados del país.

El resultado deja cientos de dudas y todas las puertas abiertas de cara al desenlace de esta emocionante carrera. La estrategia puesta en marcha por la campaña de Clinton desde su derrota en Iowa, destinada a infravalorar la figura de Obama y cuestionar su viabilidad entre los votantes blancos, podría volverse en contra de sus diseñadores.

Hillary Clinton, que ya está camino de Tennessee para participar mañana en actos electorales, ha emitido un comunicado en el que felicita al senador por su victoria y agradece los votos recibidos.

La ex primera dama ha decidido centrarse en otros Estados donde tiene más posibilidades, como Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania, y dejó a su marido, Bill Clinton, a quien se suponía extraordinariamente querido entre los votantes negros, haciendo campaña en Carolina del Sur, estrategia que ahora puede estar en franca reconsideración.

En los últimos días, la campaña había subido de tono debido al cruce de acusaciones entre Obama y el ex presidente estadounidense, lo que llevó al senador de color a afirmar que no sabía con qué Clinton estaba compitiendo en estas elecciones.

EL SUPERMARTES Y LA FURIA DE BILL CLINTON

Barack Obama, antes de volver el lunes a Washington para asistir al tradicional discurso sobre el estado de la Unión, tiene previsto celebrar mítines en Georgia y Alabama.

Ambas jurisdicciones participan en el «Mega-Martes» del 5 de febrero con una gran cantidad de votantes negros.

A pesar de que el senador por Illinois se ha presentado como un candidato inclusivo, para todos, durante estos últimos días ha empezado a lanzar peticiones de voto dirigidas directamente a votantes afro-americanos.

Dentro de estas jugadas de la carta racial, Bill Clinton -que ha entrado de lleno en campaña en apoyo de su esposa y a quien alguno acusa de haber provocado una tensión excesiva- se ha apresurado a puntualizar que la ventaja de Obama en Carolina del Sur es una ventaja en base al voto negro, que poco tiene que ver con las probabilidades de ganar las elecciones generales convocadas para noviembre.

Entre los estrategas de Hillary, son bastantes quienes critican a Bill y subrayan que su papel -«desconcertante y agresivo»- pone a prueba la gran popularidad del ex presidente gozaba entre al comunidad afro-americana.

LA CARTA RACIAL Y LA CARTA FEMENINA

A juicio de David Bositis, investigador principal del Centro Conjunto para Estudios Políticos y Económicos, un «think tank» negro, «el tono de algunas de las cosas que ha dicho Bill Clinton ha cruzado la línea de lo aceptable».

Según Bositis, el ex presidente llegó a reunir en el 2000 la visión favorable de un 91 por ciento de los afro-americanos pero esas cifras abrumadoras no se repetirían hoy en día por «haberse creído que tiene carta libre en términos de raza».

Sin embargo, asesores de la campaña de Hillary insisten en que el papel agresivo de Bill Clinton es efectivo y debería prolongarse más allá de Carolina del Sur.

Según estas consideraciones, la capacidad del ex presidente para poner en tela de juicio el historial de Obama es superior al riesgo de eclipsar a su esposa o enajenar el voto afro-americano que tradicionalmente vota demócrata.

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