Más de un millón de «sin papeles» pululan por España buscando trabajo

(PL).- Pese a que el Ministerio del Interior aporta cifras optimistas de disminución de entradas y aumento de repatriaciones, en estos cuatro años funcionó el «efecto llamada» de la regularización.

Explica Graciano Palomo en Elsemanaldigital que los últimos diez años, aprovechando la extraordinaria bonanza económica vivida en España, nuestro país se convirtió en destino preferido de la emigración ilegal procedente del Magreb, el África subsahariana e Iberoamérica.

Los datos más fiables elaborados por instituciones privadas y públicas confirman que en la actualidad pululan por el territorio nacional alrededor de 1.100.000 inmigrantes ilegales que se mueven irregularmente y que viven como pueden.

Tras la regularización masiva llevada a cabo por el gobierno Zapatero (alrededor de 750.000 personas) empezó a funcionar el conocido como «efecto llamada». Dicha regularización fue duramente criticada por los principales países de la Unión Europea, hasta el punto de que el presidente del Gobierno tuvo que comprometerse ante las autoridades francesas y alemanas a no volver a tomar medidas semejantes.

Cálculos oficiales y de las ONG subrayan que durante los últimos cuatro años se puede acreditar que alrededor de 300.000 inmigrantes ilegales llegaron anualmente a España, pese a que el Ministerio del Interior señala que no sólo ha disminuido en un 54% durante el último ejercicio sino que han aumentado un 6% las repatriaciones.

Los datos apuntan a que durante los tres últimos años (2004-2007) llegaron a España de forma irregular un total de 1.444.242 personas. Y sólo se produce una repatriación de cada cuatro.

El problema estriba en que en estos momentos de aumento del paro en sectores que generaban gran demanda en la mano de obra –construcción, agricultura, servicios turísticos, etc.- van a quedar completamente al pairo ese millón largo de inmigrantes «sin papeles» y con graves problemas para poder subsistir.

Los empresarios –muy castigados legalmente cuando se comprueba que han empleado a inmigrantes ilegales- ya han anunciado que esa bolsa de personas deambulando por las calles en busca de trabajo va a crear graves problemas de orden público y de seguridad, pero lo sustancial es que no tienen capacidad productiva para poder ofrecer salidas laborales en esos sectores y subsectores a pesar de que los salarios que perciben son más bajos que los que cobran los españoles.

Pero también durante los últimos años han llegado a España inmigrantes con «papeles» y con contratos de trabajo que les han permitido integrarse en la Seguridad Social y que ahora mismo se encuentran ya disfrutando de las prestaciones por desempleo.

Es un aspecto colateral de la crisis económica que golpea con más fuerza a estas personas que llegaron a España en busca de su particular Eldorado.

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