(EFE / PD).- El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, ha espetado que hay «muy pocos» inmigrantes ilegales en España porque «no llegan a 300.000».
Según sus cálculos, el Ejecutivo socialista ha reducido la cifra en 700.000 sin papeles ya que cuando Rodríguez Zapatero alcanzó el Gobierno había alrededor de «un millón». Por todo ello, ha precisado que «no se necesita» un nuevo proceso de regularización ni tampoco el «contrato de integración» prometido por el Partido Popular.
En un desayuno informativo organizado por Cinco Días, el titular de Trabajo ha asegurado que es una «evidencia absoluta» que el número de inmigrantes irregulares ha descendido en España y ha explicado que la diferencia entre tarjetas de residencia e inmigrantes empadronados «no llega a 500.000», de los que hay que restar a los ciudadanos comunitarios, los que están en trámite de renovación y los que estudian en España.
Por todo ello, Caldera ha subrayado que los inmigrantes irregulares que en estos momentos se encuentran en España «no llegarán a las 300.000 personas» frente a los 1,1 millones que, según ha argumentado el Partido Popular, existen en España. Cuando Zapatero llegó al Gobierno, ha dicho, alcanzaban el millón.
El ministro también ha defendido el proceso de regularización llevado a cabo esta legislatura como «una normalización selectiva» del mercado de trabajo, ya que «sólo se concedió el permiso de residencia al trabajador cuyo empresario presentó la documentación», y ha señalado que fue «ejemplar» y que todos los que fueron regularizados «siguen trabajando».
En este sentido, ha subrayado que se presentaron 700.000 solicitudes de regularización para el millón de inmigrantes «que entraron con el señor Rajoy» -en referencia a la etapa en la que el presidente del PP estaba en el Gobierno- ya que los que se pudieron acoger tenían que acreditar que habían estado en España antes de agosto de 2003.
