(EFE/PD).-La muerte de Raúl Reyes en Ecuador demostró que las fronteras no son un impedimento ni para las acciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ni para la lucha del Gobierno colombiano contra esa organización guerrillera.
Reyes, portavoz internacional de las FARC y cuyo verdadero nombre era Luis Edgar Devia, murió este sábado en territorio ecuatoriano por disparos hechos desde el espacio aéreo de Colombia, según el Gobierno de este país, que no obstante admitió que sus fuerzas de seguridad entraron a Ecuador a recuperar el cadáver.
La operación, el mayor golpe contra las FARC en años, originó una grave crisis en las relaciones de Colombia con sus vecinos Ecuador y Venezuela, que cerraron sus embajadas o retiraron a sus embajadores de Bogotá y enviaron refuerzos militares a las zonas fronterizas.
Cuando fue abatido, Reyes se encontraba en un campamento de las FARC instalado en Ecuador, a 1.800 metros de la frontera con Colombia, de acuerdo con fuentes oficiales colombianas.
El Gobierno de Ecuador, que había negado reiteradamente la presencia de las FARC en su territorio, argumentó que el campamento donde se encontraba Reyes era solo un lugar de descanso.
No obstante, el viceministro ecuatoriano de Defensa, Miguel Carvajal, reconoció este domingo en declaraciones a Radio Caracol de Colombia que el líder guerrillero llevaba una semana y media en Ecuador.
En medio de la crisis, el Gobierno de Panamá informó este domingo que uno de los seis colombianos detenidos la semana pasada por la policía panameña en la provincia selvática del Darién, fronteriza con Colombia, reconoció ser integrante de las FARC.
Los seis colombianos, que enfrentan cargos por delitos contra la salud pública y porte ilegal de armas de fuego, fueron capturados tras un enfrentamiento armado con policías.
En una entrevista publicada el pasado 11 de febrero, el propio «Raúl Reyes» dijo que se ajustaban a la realidad unas afirmaciones de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa, sobre la presencia de rebeldes en las fronteras de sus países con Colombia.
Las FARC, «además de Venezuela y Ecuador, limitan con Panamá, Perú y Brasil», dijo Reyes en la entrevista con la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol).
El líder guerrillero parafraseó con esas palabras a Chávez y al ministro ecuatoriano de Defensa, Wellington Sandoval, quienes habían usado el verbo «limitar» para referirse a las FARC.
«La frontera sur colombiana está desprotegida (…) por las fuerzas regulares colombianas», dijo después Correa, al que el Gobierno colombiano, después de la muerte de Reyes, ha acusado de tener nexos con las FARC, lo que fuentes oficiales ecuatorianas han calificado de «patraña».
El Gobierno colombiano afirma que en unas computadoras que se llevó del campamento donde murió Reyes hay información que prueba los «acuerdos» entre las FARC y Ecuador y Venezuela, y anunció que lo va a denunciar ante la Organización de Estados Americanos (OEA), que este martes celebrará un Consejo Extraordinario.
Poco días antes de la operación contra Reyes, Luis Eladio Pérez, un ex congresista liberado por las FARC con la mediación del presidente Chávez, había dicho que durante su cautiverio durmió en Ecuador y que la guerrilla colombiana tiene suministros ecuatorianos, venezolanos y brasileños.
En Ecuador fue capturado con vida otro importante dirigente de las FARC: Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda, nombre completo de «Simón Trinidad», quien acaba de ser juzgado en Estados Unidos.
El 2 de enero de 2004 fue detenido en una calle de Quito y, aunque presentó documentos falsos, las autoridades ecuatorianas lo identificaron plenamente y lo deportaron inmediatamente a Colombia.
Otro importante dirigente de las FARC, Ricardo González, alias «Rodrigo Granda», el «canciller» de la organización guerrillera, fue detenido en diciembre de 2004 en la ciudad fronteriza de Cúcuta (Colombia), según dijo el Gobierno colombiano, que admitió haber pagado una recompensa por su captura.
Sin embargo, el Gobierno venezolano negó está versión y denunció que Granda fue víctima de un «secuestro» en Venezuela, lo que provocó una grave crisis en las relaciones bilaterales.
Según dijeron las FARC entonces, «Granda» estuvo en Caracas los días 8 y 9 de diciembre de 2004 por «invitación de las organizaciones bolivarianas concentradas en Venezuela, con el aval de las autoridades del Gobierno de este país».
«Granda», liberado en 2007 por Uribe a petición del Gobierno de Francia, llegó a decir en 2005 a un fiscal colombiano que había tenido contactos con el Gobierno ecuatoriano de Lucio Gutiérrez (2003-2004) y que este «se comprometió a no perseguir a las FARC en su territorio».
En Venezuela, la oposición ha denunciado en reiteradas ocasiones la presencia de las FARC en territorio del país y los secuestros de venezolanos por esa guerrilla, lo que el Gobierno ha negado siempre.
El dirigente opositor venezolano Manuel Rosales acusó hoy a Chávez de mantener una actitud «cobarde ante la violación de soberanía» nacional por parte de las FARC, y le exigió el diseño de un «plan de seguridad» para evitar esa situación.
Chávez propugna que se retire a las FARC la etiqueta de organización «terrorista» y se les reconozca categoría de fuerza «beligerante». Gracias a sus gestiones, las FARC han liberado en lo que va de año a seis políticos colombianos secuestrados.
La presencia de las FARC han sido denunciada también en Paraguay donde la Fiscalía considera que asesoran a grupos de izquierda locales y que tuvieron que ver con el secuestro y muerte (2004-2005) de Cecilia Cubas, hija del ex presidente Raúl Cubas.
Después de un enfrentamiento registrado a comienzos de febrero de 2008 en una zona selvática de Paraguay, el fiscal «Antisecuestro» Rogelio Ortúzar dijo: en el lugar fueron hallados indicios de «una forma de operar de las personas que entrenaron a nuestros terroristas, que son las FARC, que bien sabemos son los que manejan los estupefacientes en Colombia».