El Gobierno colombiano pidió ayer al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que asuma con seriedad, coherencia y sin atenuantes los hechos relacionados con la crisis diplomática desatada a raíz de una incursión militar de Colombia en Ecuador el 1 de marzo pasado.
(EFE).-En un comunicado divulgado en Bogotá, la Secretaría de Prensa de la Casa de Nariño (sede del Ejecutivo) dijo que «rechaza las declaraciones contradictorias» que Correa ofreció a la prensa durante la visita oficial que hizo a México esta semana.
La nota aludió a afirmaciones del mandatario sobre el bombardeo colombiano a una base de las FARC en territorio ecuatoriano, detonante de la crisis diplomática entre ambas naciones, la naturaleza de este campamento y la presencia allí de extranjeros.
En la operación murieron el portavoz internacional y segundo al mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), alias «Raúl Reyes», y otras 25 personas, entre ellas un ecuatoriano y cuatro estudiantes mexicanos.
En la nota, el Gobierno colombiano reiteró su rechazo «al atenuante» con el que Correa «quiso favorecer la presencia de las FARC en su territorio, al argumentar que se trataba de un campamento de paso, cuando en realidad se demostró que era un campamento permanente».
Asimismo, ratificó que las personas que están en una base rebelde en actividades distintas de una misión humanitaria autorizada «incurren en el delito de concierto agravado para el terrorismo».
En el comunicado, el Ejecutivo colombiano reveló que «supo que las Fuerzas Armadas de Ecuador fueron desautorizadas por el presidente Rafael Correa cuando adelantaban operaciones en contra de las FARC en territorio ecuatoriano».
El Gobierno de Ecuador, agregó, «se contradice al asegurar que no sabía de la presencia de las FARC ni de ‘Raúl Reyes’, mientras otras veces reconoce y asegura que mantuvo contactos con ese grupo terrorista para buscar un acuerdo humanitario».
La presencia de los rebeldes en Ecuador fue informada «muchas veces» al Ejecutivo de ese país, continuó el comunicado.
Agregó que desde la parte ecuatoriana de la frontera los guerrilleros han atacado a Colombia y promovido protestas contra la erradicación de los cultivos de coca que existen en la línea divisoria de 586 kilómetros.
En este sentido, el Gobierno de Álvaro Uribe recordó que desde 2004 han documentado 40 casos de ataques rebeldes que han dejado soldados, policías y civiles muertos.
«Las FARC son un grupo terrorista, tal como lo ha declarado Canadá, la Unión Europea y Estados Unidos», insistió el Ejecutivo, tras aludir a una serie de actos terroristas cometidos por esta guerrilla.
Entre ellos mencionó el caso de las 40 personas que mantiene secuestradas con fines de canje, como la colombo-francesa Íngrid Betancourt y tres estadounidenses, y la situación de 750 colombianos hechos cautivos en los últimos diez años y que no han sido liberados.
En el comunicado, el Gobierno colombiano reiteró «su compromiso de cumplir lo acordado ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y ante el Grupo de Río (en la reciente cumbre de Santo Domingo)», para superar la crisis con Ecuador.
«Es necesario enfrentar estos compromisos con seriedad y decisión, tal como Colombia enfrenta la batalla contra el terrorismo», apuntó.
