El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, reseñó ayer el supuesto paso frente a su país del portaaviones de EE.UU. «George Washington», respecto de lo cual exclamó que el Gobierno de ese país no le genera temor alguno y que «en este siglo será enterrado».
(EFE).-
«Con Brasil estamos avanzando en la creación de un Consejo de Defensa Suramericano, cuando los gringos vienen por ahí con una flota, con un portaaviones gigante», sostuvo en un acto agropecuario en el interior del país, reproducido en cadena nacional obligatoria de todas las emisoras de radio y televisión de su país.
«¿Creen que con una flota nos van a asustar a nosotros? ¡No nos asustan nada! Mao ya lo dijo: ‘Cuando los pueblos despierten y se unan el imperialismo terminará siendo un tigre de papel’. ¡No nos metes miedo tigre de papel!», reiteró el gobernante venezolano.
«Este siglo te enterraremos, viejo imperio gringo, y viviremos como hermanos con el pueblo norteamericano, que es un pueblo hermano (…) que también está pisoteado» y al que ahora «le están regulando hasta los alimentos», lo que aumentará la cifra de 40 millones de estadounidenses «viviendo en la miseria», sostuvo.
«Es una dictadura lo que tienen ahí. A ese pueblo hay que liberarlo, ellos se liberarán», añadió Chávez.
La Embajada de Estados Unidos en Venezuela no ha confirmado que el portaaviones «USS George Washington» pase cerca de Venezuela en su tránsito por el Atlántico Sur hacia la base japonesa de Yokusaka.
En su tránsito hacia Japón, el portaaviones estadounidense tiene previsto realizar ejercicios militares con embarcaciones de Brasil, Argentina y Chile, en el marco de la operación UNITAS XLIX.
Chávez no hizo referencia a esos ejercicios y, en cambio, por cuarto día consecutivo se felicitó por el triunfo del pasado domingo del ahora presidente electo de Paraguay, el ex obispo católico Fernando Lugo, quien hoy mismo recibió las felicitaciones del presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
«Nos faltaba un cura», repitió hoy Chávez al sostener que Lugo se sumará a los gobernantes latinoamericanos que, además de él mismo, incluyó en lo que llama «nueva era»: Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Chile, Ecuador y Nicaragua.
