El ex presidente argentino Néstor Kirchner se estrenó ayer como virtual jefe del peronismo con un duro discurso contra el campo, al que pidió que «no corte carreteras, no queme más pastizales ni desabastezca» de alimentos al país.
En un acto partidario en la periferia de Buenos Aires, Kirchner se metió de lleno en el pulso que mantienen desde hace semanas el Gobierno y las patronales agropecuarias, que entre el 13 de marzo y el 2 de abril pasados realizaron una huelga comercial que derivó en desabastecimiento en la mayoría de las ciudades del país.
«Basta de tratar de imponer por la fuerza ideas que desde el punto de vista de la rentabilidad favorecen a un solo sector. Está bien que ganen, pero sean solidarios con el resto de los argentinos», sentenció el ex gobernante (2003-2007).
Señaló, en clara alusión al sector agropecuario, que «quieren vender todo al exterior, aprovechando los precios altos», y dijo que «pretenden que en la mesa los argentinos no tengan las cuestiones mínimas que hay que tener».
«Duele en el alma que aquellos que tienen rentabilidad, que ganaron mucho dinero, miren con la espalda y con la nuca a los argentinos», insistió.
El esposo de la presidenta argentina, Cristina Fernández, pidió al sector rural que «no corte más las rutas, no desabastezca y no queme más los campos», en referencia a los incendios, producto de la quema de pastos, que en las últimas semanas han provocado un desastre ecológico en varias provincias del país.
Kirchner aseguró que no se callará la boca ante las cosas que ocurren en Argentina y afirmó que seguirá en el «frente de batalla defendiendo los derechos, los intereses y la justicia para todos los argentinos».
«Terminemos con la hipocresía. Yo no especulo. Lo que digo es que hay algunos a los que no les interesa lo que les pasa a los argentinos», subrayó antes de pedir «reflexión» a las patronales agrarias al entablar negociaciones con el Gobierno.
El discurso de Kirchner, quien el 18 de mayo será proclamado jefe del Partido Justicialista (PJ, peronista), se produjo horas después de que Cristina Fernández volviera a defender la política agropecuaria oficial con ácidas críticas a la prensa por el modo en que informa sobre las negociaciones entre el Gobierno y el campo.
Después de tres semanas de huelga, a principios de abril las patronales agropecuarias declararon una «tregua» para negociar con el Gobierno que concluirá el 2 de mayo próximo.
Las negociaciones avanzan a paso muy lento y en medio de declaraciones y acusaciones cruzadas.
El detonante de la huelga, que incluyó cortes de carreteras en todo el país, fue el aumento de los impuestos a las exportaciones de soja y girasol.
