Los rumanos dominan el mapa de la emigración en España

(PD).- Casi cuatro millones de tarjetas de residencia concedidas a ciudadanos de otros países que viven en España. Más de la mitad han sido otorgadas tras la llegada a la presidencia del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, tiempo en el que se ha producido una «invasión» de personas procedentes de Rumanía, favorecida sobre todo desde el 1 de enero de 2007, en que ese país ingresó en la Unión Europea, junto a Bulgaria.

Lo cierto es que hoy el mapa de nuestro país, comunidad a comunidad, extranjero a extranjero, se pinta de colores completamente diferentes a los de cuatro años atrás.

El colectivo de rumanos es el mayor entre extranjeros en ocho regiones, e incluso ha desplazado a los marroquíes de autonomías como Castilla-La Mancha o Aragón, y a los ecuatorianos, de la Comunidad de Madrid. Hace cuatro años era un país más, sin presencia importante en sitio alguno.

La situación es similar se dirija a donde dirija la mirada. Un ejemplo es Andalucía, con poco más de 5.000 rumanos con tarjeta de residencia al concluir el primer semestre de 2004, por los casi 80.000 mil al cierre de 2007. Aún así, en este caso no pueden con Marruecos, que se aproxima a los 1000.000.

Especialmente esta situación se concentra en siete provincias, aunque en unas más que en otras: Almería, Barcelona, Castellón, Madrid, Toledo, Valencia y Zaragoza. Y son unas más que otras porque los rumanos que viven en Madrid (140.333) son cinco veces más (27.435) que los de Barcelona. Especialmente significativa es la situación a menos de trescientos kilómetros al sur de Barcelona, en Castellón, si tenemos en cuenta la diferencia de habitantes entre ambas.

Implantación creciente

Al norte y al sur, en comunidades bañadas por el Mediterráneo y también en el centro de la Península, la comunidad rumana se ha instalado en nuestro país. Asturias, Cantabria y País Vasco, en el norte. Castilla-La Mancha mucho más al sur, también la Comunidad Valenciana si miramos al este. Y, por supuesto, Madrid, pese a Ecuador, que hasta hace bien poco dominaba esa región. La Rioja no se salva, y tampoco Aragón.

Marruecos, que ostentaba el número uno en ocho comunidades, ha visto reducir su poder a cinco: Andalucía, Baleares, Cataluña, Extremadura y Murcia. Portugal mantiene su hegemonía en Galicia, como Bulgaria en Castilla y León, Alemania en Canarias y Ecuador en Navarra. Es un mapa revuelto, bien distinto en estos inicios de 2008, en comparación con el que existía antes del acceso del PSOE al Gobierno.

Las tarjetas de residencia se han concedido de una forma que se podría considerar «indiscriminada» si atendemos a las cifras y porcentajes de las diez provincias que más extranjeros «han recibido» teniendo en cuenta en todos los casos las cifras iniciales, muy pequeñas excepto en Zaragoza, que ha vivido un aumento del 276 por ciento, desde 29.682 extranjeros con tarjeta de residencia a los 111.727 actuales.

Otras provincias viven casos superiores, como Ávila y Ciudad Real, con incrementos que superan el 400 por ciento.

La importante aparición de rumanos y, en menor medida, de búlgaros, obedece al hecho de que tienen libre circulación por la UE desde el 1 de enero de 2007. De hecho, en el caso de los rumanos, se ha pasado de 211.325 a finales de 2006 a 603.889 al acabar 2007; y en el de los búlgaros, de 60.174 a 127.058.

Los naturales de Rumanía y Bulgaria pueden entrar libremente en España como miembros de la UE, pero necesitan permiso para trabajar por cuenta ajena, al menos hasta el 31 de diciembre de este año.

Antes de que llegue esa fecha, España deberá decidir si prorroga por otros dos años la moratoria o levanta la restricción. Aunque la idea inicial era permitir ya la libre circulación de trabajadores, habrá que esperar a ver la marcha de la economía para tomar una decisión, ya que no se puede olvidar que muchos de los rumanos que llegan a España trabajan en la construcción, uno de los sectores en crisis.

De todos modos, se estima también que, al igual que sucedió con Polonia, a medida que el nivel de vida crezca en Rumania, habrá menos flujo de trabajadores hacia España y parte de los que ya están aquí regresarán, tal y como están pidiendo las autoridades rumanas, que empiezan a notar la falta de mano de obra en ese país.

Otros países

Aparte de Rumanía y Bulgaria, una mayoría de la inmigración procede aún de otros países, ya que sólo en tres comunidades (Aragón, Castilla y León y Comunidad Valenciana) más de la mitad de los extranjeros son de la UE. Y no sólo de Marruecos, Ecuador, Colombia… llegan los extranjeros.

Prácticamente se ha duplicado el número de chinos con permiso de residencia en nuestro país en este periodo, y son el 50 por ciento de todos los procedentes de Asia. Suman hoy 119.859, y la mitad quedan localizados en las dos principales provincias: Barcelona y Madrid.

Justo detrás de China queda Pakistán (36.384 inmigrantes), que supone el caso contrario a Rumania. Esta vez, los paquistaníes en Barcelona multiplican por veinte a los de Madrid. No es más que una constatación de los recientes datos del último padrón, pero conviene recordar que una mayoría de la comunidad paquistaní reside en la provincia de Barcelona (19.354 con autorización de residencia), y que incluso Tarragona, Valencia y La Rioja superan a la provincia madrileña.

Seis de cada diez inmigrantes procedentes de Pakistán han escogido Cataluña como lugar para vivir, con la Comunidad Valenciana y La Rioja de siguientes preferencias.

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