El ex presidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) tuvo ayer un ataque de risa prolongado durante el juicio que se le sigue en Perú por violaciones a los derechos humanos, confirmaron a Efe fuentes oficiales.
(EFE).-El incidente ocurrió cuando el fiscal Supremo, Antonio Peláez, le preguntó al ex edecán de Fujimori, el coronel del Ejército en retiro Miguel Ángel Bernal Neyra, cómo preparaba los pertrechos para los viajes del entonces mandatario peruano.
Al insistir en que las disposiciones que daba el ex jefe de Estado a sus edecanes en la Casa Militar de Palacio de Gobierno eran netamente administrativas y no militares, Bernal Neyra respondió que los edecanes solían preparar los viajes tras espiar a Fujimori a través del ojo de la cerradura del despacho presidencial.
Así, si Fujimori estaba vestido con mangas cortas, los edecanes sabían que el entonces mandatario se desplazaría a una zona calurosa, pero si tenía ropa de invierno, entonces, significaba que viajaba a una zona fría.
La curiosa declaración del que fuera edecán de Fujimori entre 1992 y 1993 hizo que el ex mandatario estallara en una risa incontenible, que duró por más de un minuto.
Durante la quincuagésima sexta sesión del juicio a Fujimori, Bernal Neyra reveló que él entregó, al cumplir órdenes del jefe de la Casa Militar de Palacio de Gobierno, 22.000 dólares para reparar una iglesia que había sufrido daños por un atentado terrorista, aunque precisó que desconocía de dónde provenían esos fondos.
El testigo también manifestó que nunca conversó personalmente con el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, aunque reconoció que lo vio dos veces en Palacio de Gobierno, una luego de un atentado terrorista y otra durante una reunión con el entonces zar antidrogas estadounidense, Barry Mc Caffrey.
Bernal Neyra negó conocer documentos vinculados a la supuesta «guerra sucia» implementada durante el régimen de Fujimori, así como la presunta doctrina implementada por ese Gobierno en la lucha contra el terrorismo.
El edecán también señaló que nunca tuvo conocimiento de la existencia de un Destacamento Especial de Inteligencia que formaba parte de la estructura del Ejército, en alusión al Grupo Colina, al que se le atribuye las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992).
