El Principe Felipe «quemó» el diario personal de Letizia

El Principe Felipe "quemó" el diario personal de Letizia

A punto de cumplir cuatro años como Princesa de Asturias, hoy conocemos un poco mejor a Letizia Ortiz Rocasolano, la mujer que un día cautivó a un Príncipe sin necesidad de tener sangre azul.

Una periodista, que a sus 31 años y en el mejor momento de su carrera, cuando presentaba el telediario con más audiencia de la televisión, decidió que el hombre de su vida era Felipe de Borbón, el futuro Rey de España.

Desde el día de su boda, el 22 de mayo de 2004, Doña Letizia ha visto cómo su vida cambiaba de modo radical. Ahora, los madrugones a las siete se los da en la sierra de Madrid, en la residencia de los Príncipes, de la que seis meses antes de su boda fue huésped y de la que hoy es señora de la casa.

Destrucción de su diario

El diario El Mundo ha repasado la vida de Letizia. De la mano de Alfredo Urdaci, se cuenta que antes de ser Princesa sufrió un accidente de coche en septiembre de 2003, en el madrileño túnel de O’Donnell durante un día de intensa lluvia. Tras este suceso, dos motoristas de seguridad de la Zarzuela la recogieron para trasladarla al edificio de Torrespaña.

Además, destapa algunas otras intimidades de la que podría ser Reina de aquí a unos años. Por ejemplo, cuando inició su romance con el Príncipe, su vida cambió radicalmente. La vorágine a la que se sometió aquellos meses le llevó a comenzar un diario para escribir sus pensamientos y reflexiones. Sin embargo, fue destruido tras contárselo a Felipe, que consideraba un «riesgo de que un texto personal con impresiones personales caiga en manos ajenas».

Una mujer cercana, que no sabe posar

Han sido cuatro años en los que sólo la fuerte convicción por el trabajo que decidió desempeñar han impedido que sucumba a las críticas generadas desde muchos sectores, bien por su condición no Real, su divorcio o sus primeras apariciones junto a don Felipe, al que, según muchos, ésta interrumpía de modo maleducado, quitaba protagonismo en pos de su propia ambición, de manera fría, agresiva y calculadora. El País también ha publicado un extenso reportaje sobre la vida de Doña Letizia.

Una princesa que «no es la más glamurosa», pero que sabe lo que hace, sabe lo que viste y sobre todo, que vende. Nada escapa al detalle de la prensa, especialmente la ‘rosa’, que hasta el momento, y no parece que la tendencia ya vaya a cambiar, exalta todas y cada una de sus apariciones en público, pese a que Letizia no sepa posar, abra mucho los ojos y permanezca en muchas ocasiones rígida concentrada en un punto indeterminado, como ausente.

Un varón y habitaciones separadas

La prensa y la gente trata de retratar con mil flashes a Letizia, de recoger su estado de ánimo en una imagen. Pero ella espera algo más como la ‘princesa del pueblo’ que es. Quiere relacionarse, acercarse, vivir también como un ser humano corriente y normal.

Su vida matrimonial, normal para los que la rodean, necesita alimantar de noticias a la prensa, algo, que al no generarse a la velocidad que muchos medios rosas precisan, provoca que salten al ruedo multitud de rumores, sobre los que sus allegados apuestan. «El próximo, ya estamos apostando sobre él»: puede ser que esté embarazada de un varón o que los Príncipes duermen en habitaciones separadas.

Relación con los Reyes

Ser princesa no es fácil. Eso es algo que Letizia supo desde antes incluso de ser princesa, cuando tuvo que visitar a las muchas víctimas del atentado del 11-M. La vida, y no los rumores, también la han golpeado con dureza estos cuatro años. Dos malos embarazos, dos cesáreas, dos periodos de lactancia, aunque dos hijas, Leonor y Sofía, llenas de salud. Sin duda, el palo más duro fue la muerte de su hermana pequeña.

Los rumores sobre su relación con los Reyes también le han costado más de un disgusto. En la última Pascua Militar, el Rey bromeó sobre el asunto: «¡Qué mal nos llevamos!, ¿verdad, Letizia?». Los gestos entre ella y los Monarcas se han sucedido para dar a entender que su relación es buena.

¿Cómo es de cerca?

Sonrisa permanente con una dentadura perfecta, trato cariñoso, tranquila y cómoda en su papel. Delgada desde los omóplatos hasta los tobillos, de cristal. De frente más guapa que de perfil, debido a una nariz y barbilla prominentes.

Su delgadez es fruto de su constitución, según asegura. Su madre era también así, y también sus hermanas. Dice que no es delito ser delgada, algo que ha sido fuente de rumorología durante estos cuatro años: ¿era o es anoréxica? Así es de cerca Letizia, una mujer que pregunta más que responde, que gusta de debatir y opinar, con una memoria y una verborrea envidiables.

Una profesora de lujo

No ha necesitado de profesores ni tutores especiales para aprender a desempeñar su labor. Si hay alguien que le ha ayudado con el protocolo y en sus primeras elecciones de trajes, esa ha sido la Reina. Aunque también es cierto que hoy, Letizia, ya elige su propia vestimenta, sus peinados. No tiene asesor de imagen, prácticamente lo hace todo sola.

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