Blanca y radiante fue Belén Esteban

Blanca y radiante fue Belén Esteban

Tal expectación levantó el vestido de la ex de Jesulín, que la muchedumbre y los periodistas se agolparon a la entrada de su casa para verla salir y casi no podía ni andar hacia el coche.

La mediática boda de Belén Esteban y Fran Gómez Álvarez, contada casi minuto a minuto en ¿Dónde estás corazón?, eclipsó -al menos televisivamente- al bodorrio de Toledo entre Amelia Bono y Manuel Martos, un acontecimiento social que intentó disfrutar de cierta intimidad.

Vestida con un inmaculado vestido blanco con escote palabra de honor y una torerita de encaje, y con el velo cubriéndole el rostro como manda la tradición, Belén Esteban hizo las delicias de los vecinos del barrio madrileño de San Blas donde vive cuando salió del portal de su casa rumbo a la iglesia donde se casó con su Fran este viernes.

Tal era la cantidad de curiosos agolpados en el portal de su piso, que cuando salió la novia apenas si pudo llegar al coche y, a punto estuvieron de romperle el traje que tantos quebraderos de cabeza le dio a la ex de Jesulín de Ubrique. A su hija Andreíta ni se la veía, era una pequeña cabecita endiademada a la vera de su madre y que también luchaba por hacerse paso entre la muchedumbre y los periodistas.

No es de extrañar que la Esteban gritara nerviosa: «Dejadme tranquila, por favor. Necesito sitio para poder pasar».

Por lo que contaron los invitados como Óscar Lozano, otro ex de la Esteban que dio la nota vestido de sargento de Marine, y hasta los integrantes del coro rociero, Belén fue ella en todo momento de la ceremonia de la pequeña ermita de San Antonio.

Entró sonriendo, lloró cuando el sacerdote recordó a Paco, su padre, y hasta se equivocó provocando la risa de los invitados cuando juró «felicidad», en lugar de «fidelidad». Las arras que utilizaron pertenecieron a Miriam, una joven que perdió la vida el 11-M.

Su madre conoció a Belén en un programa de televisión y le prometió que le daría las arras de su hija. Belén no lanzó su ramo de novia, lo llevará este sábado a la tumba de Miriam.

Tras la ceremonia, los recién casados posaron en el jardín para los fotógrafos, Fran siempre dirigido por Belén. Como contó Gema López, colaboradora del programa de Jaime Cantizano, tras el cóctel y la copiosa cena, Fran y Belén no cortaron la tradicional tarta que fue servida ya cortada a los convidados. Tampoco hubo vals, los novios prefirieron algo más actual para abrir la pista de baile.

El representante de la colaboradora televisiva aseguró poco antes de la ceremonia que Belén no tiene intención de vender ninguna exclusiva, aunque sí hará algo especial para el programa en el que colabora, el de Ana Rosa Quintana en Telecinco.

Las invitadas, entre las que se encontraban Ana Rosa Quintana, Rosa de Benito, Bibiana Fernández o dos primas hermanas de Jesulín de Ubrique, fueron obsequiadas con un abanico y ellos con un buen puro.

Después del enlace religioso, Belén y Fran celebran un banquete para más de 490 invitados (entre ellos muchos compañeros de Telecinco) en el Palacio de Negralejo de Mejorada del Campo, a las afueras de Madrid.

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