El engaño que permitió liberara a Ingrid Betancourt

El engaño que permitió liberara a Ingrid Betancourt

(PD).-El golpe más importante contra los narcoterroristas -por encima del operativo en la frontera con Ecuador que acabó con la vida de ‘Raúl Reyes’- se empezó a tejer hace un año, cuando la fuga del subintendente John Frank Pinchao dio las primeras pistas de la zona por donde se movían los cautivos y de las estrategias que usaban los subversivos para evitar a las tropas que siempre se movieron cerca. Fue una de las operaciones de infiltración más limpias de la historia.

Pero la fase final se precipitó en abril pasado, cuando un grupo de inteligencia militar que desde diciembre les seguía la pista a los guerrilleros que tenían en su poder a Íngrid Betancourt logró penetrar el primer anillo de seguridad del frente primero de las Farc.

La operación, -según informa el diario Tiempo de Colombia– que desde el primer momento fue coordinada por el comandante del Ejército, general Mario Montoya Uribe, fue avanzando hasta tal punto que dos hombres del más alto perfil en la inteligencia militar se ganaron la confianza del jefe de seguridad de ‘Cesar’, el ‘carcelero’ mayor de las Farc a quien directamente el ‘Mono Jojoy’ encomendó cuidar a los cautivos.

Para principios de mayo, los infiltrados ya se movían sin problema en la zona. Unas semanas después, un grupo de Fuerzas Especiales recibió de los hombres de inteligencia las coordenadas del lugar donde estaba un primer campamento.

A mediados de junio, uno de los oficiales de inteligencia le presentó al Comandante del Ejército el plan para lograr el rescate.

Era, en palabras de una fuente que lo conoció de primera mano, «osado, peligroso y sin retorno», pero para el grupo de 15 militares que fue encargado de la tarea tenía un chance de nueve sobre diez de salir bien.

Los infiltrados lograron que un guerrillero de altísimo nivel, cuya identidad no ha sido revelada, convenciera a César de que había orden de enviar los ‘paquetes’ con el nuevo jefe de las Farc, ‘Alfonso Cano’, y que se iban a usar helicópteros de una ONG extranjera para trasladar a los secuestrados.

A las 5:00 de la mañana de ayer empezó la operación ‘Jaque’, que bien pudo llamarse ‘Caballo de Troya’ porque el engaño a la guerrilla, como el de los griegos a los troyanos, permitió que el enemigo lo sorprendiera.

Dos helicópteros rusos M-I pintados de blanco y rojo se internaron en las selvas de Tomachipán (Guaviare), a 62 kilómetros de San José. Uno de ellos aterrizó en medio de una patrulla guerrillera.

El cinematográfico rescate se produjo pocos días después de que el Gobierno hizo circular la versión de que dos delegados de los países europeos habían entrado a la zona donde estaría ‘Alfonso Cano’ para hablar del intercambio humanitario. Esa versión nunca fue confirmada oficialmente por Suiza y Francia, los dos países mencionados.

En el helicóptero que aterrizó iban 6 militares que durante semanas ensayaron en una maqueta montada en la base de Tolemaida la operación de rescate. Si fallaba, eran conscientes de que posiblemente no volverían a su casa y el general Montoya daría la orden de pasar al Plan B: el cerco humanitario.

Para la misión fueron escogidos los mejores pilotos de la Aviación del Ejército.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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