Por más que se le tire de la lengua, se niega a hablar de política. «Estamos al margen porque es la política lo que ha perjudicado a las asociaciones de inmigrantes cubanos. Están politizadas y polarizadas mientras las necesidades vitales de los cubanos están desprotegidas».
Por el nombre de la institución, que evoca al autor de la Ilíada, podría pensarse que se trata de una asociación literario o filosófica, pero lo de homérica está relacionado con «el carácter titánico de los cubanos», esa fuerza de voluntad que les permite levantarse una y otra vez frente a situaciones adversas.
«Venimos a ocupar un espacio vacío, decididos a trabajar por la unidas de la comunidad cubana en España atendiendo, fundamentalmente, a áreas de acción social. Nuestros principales frentes de trabajo son la búsqueda de empleo, la creación de un banco de alimentos para los más desfavorecidos, la asistencia da personas en situación de exclusión social, el asesoramiento jurídico para la creación de empresas y la promoción de eventos sociales y culturales con el fin de recaudar dinero para nuestros proyectos».
Insiste en que se trata de una asociación independiente, desmarcada de toda orientación política, religiosa y hasta sexual. ¿Y cómo se financian? Por medio del trueque.
«Muchas empresas saben que llegamos a muchos cubanos que viven en Madrid. Por eso nos ayudan a cambio de permitirles difundir sus productos en nuestra red social de integración»
«Para el 2009 seguiremos luchando por dos objetivos: construir una casa hispano-cubana en Madrid, que aunque parezca mentira, Cuba todavía no tiene una y solicitar a la Administración que permita homologar los carnets de conducir cubanos en España, dado que muchas nacionalidades de Latinoamérica ya pueden hacerlo y nosotros tenemos que dejarnos 2500 euros en la autoescuela»
