El presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró ayer que no le asusta la crisis económica pronosticada para 2009 porque su Gobierno está listo para enfrentarla.
«No nos asustan los comentarios de que el próximo año tuviéramos una crisis financiera, problemas económicos muy serios», dijo en un discurso pronunciado en un cuartel donde entregó dos autobuses al Ejército.
El presidente sostuvo que los problemas se resolverán de forma «oportuna» por su equipo económico, pero también invitó al colegio de economistas de Bolivia y a los banqueros a debatir las soluciones para evitar la crisis.
Según el mandatario, el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Bolivia rondará este año el 6,5 por ciento, aunque la Comisión Económica Para América Latina (Cepal) dijo la semana pasada que la cifra cerraría en torno al 5,8 por ciento.
Morales comparó su cifra con el promedio del crecimiento del 3,5 por ciento en el PIB logrado, según dijo, en los Gobiernos «neoliberales» del pasado.
El mandatario señaló además que entiende la preocupación de los empresarios sobre la posibilidad de la crisis, pero apuntó que en el país no es que el Estado no tenga dinero para invertir, sino que hay problemas con la burocracia a niveles municipales, regionales o del Gobierno que retrasan las inversiones.
Para 2009, el Gobierno ha programado una inversión inédita de 1.850 millones de dólares, además de otros mil millones que prevé invertir la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) con un crédito del Banco Central.