Las imágenes de Bush y de Chávez serán las más quemadas en la Nochevieja de Ecuador

Las imágenes de los presidentes de EE.UU., George W. Bush, y de Venezuela, Hugo Chávez, serán las que en mayor número se quemarán en la Nochevieja en Ecuador, una añeja tradición con la que los ecuatorianos intentan acabar con los pesares del año que termina.

Y es que las caretas de cartón, con imágenes parecidas a Bush y Chávez, son las que más han vendido sus fabricantes a los ciudadanos, que las demandan para celebrar el fin de año, en una antigua tradición que somete al fuego a los malos recuerdos de los últimos doce meses.

Se trata de la elaboración de los «años viejos», muñecos vestidos con ropas viejas y caretas de cartón, rellenos de serrín, que representan a personajes polémicos, que han concentrado la atención de los ciudadanos por sus controvertidas actuaciones.

Esos muñecos son confinados a hogueras improvisadas, en el último minuto del año, y sus verdugos son los ciudadanos, que les golpean e insultan mientras se consumen en el fuego purificador.

Y es que muchos creen que la quema del «año viejo», también destruye los malos recuerdos y purifica el ánimo para recibir al próximo año.

«El quemar el ‘año viejo’ es también quemar lo malo para empezar el año nuevo, con nuevas energías, dejando atrás lo que ha pasado», señaló a Efe Paúl Paredes, hijo del más afamado artesano y heredero de ese arte en Quito.

En su tienda, «El Palacio de las Caretas», la más popular de su tipo en Quito, Paredes exhibe cientos de imágenes de diversos personajes nacionales e internacionales, aunque también decenas con formas que atemorizan y que se usan para el carnaval en el que se convierte la Nochevieja ecuatoriana.

En la empresa de Paredes trabajan unas quince personas, aunque el personal aumenta al final del año, cuando la demanda se dispara para la confección de los monigotes.

Una careta, en su almacén, puede costar entre 12 y 35 dólares, el elemento más caro, pues el cuerpo de los monigotes, se consigue por entre 3 y 5 dólares.

Aunque en esta ocasión, según Paredes, las ventas han bajado, respecto al mismo periodo del año pasado, los ciudadanos no han olvidado la tradición.

Otra característica en este año es que la demanda de imágenes de personajes nacionales ya no se ha centrado en los políticos, sino en las celebridades de la televisión, el deporte y la farándula.

Además, gracias a una campaña del Gobierno, la venta libre de fuegos pirotécnicos ha disminuido drásticamente, aunque muchos intentan comprar de forma ilegal los petardos, para rellenar los monigotes con esos explosivos, que resuenan al momento de la quemazón.

Pero la celebración de la Nochevieja en Ecuador también adopta otras cábalas y costumbres foráneas, como la hispana de comer doce uvas en los doce primeros segundos del nuevo año.

También la gente suele usar ropa interior amarilla, para atraer la suerte, o guarda en sus zapatos dinero, para llamar al dinero.

Otros prefieren tomar una maleta de equipaje a la medianoche y salir raudos para dar una vuelta a la manzana de su vivienda, como acto premonitorio de eventuales viajes.

Hay quienes se disfrazan con trajes fantasmagóricos para salir a pasear por las calles y muchos prefieren organizar en sus barrios verbenas.

Todos, eso sí, entre familias y amigos, se darán un abrazo fuerte a la medianoche y, para hacerlo al unísono, en Quito, los vecinos prefieren escuchar una popular emisora que cuenta, segundo a segundo, la última hora del año, intercalando, a veces, comentarios y reflexiones sobre la realidad nacional.

En este año, por la situación del día de fin de año, los ecuatorianos también disfrutarán de un puente vacacional que se extenderá hasta el próximo domingo, cinco días que muchos los tomarán para pasar en las playas junto al océano Pacífico o en otros centros turísticos de la costa, la sierra andina y la Amazonía.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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