(PD).- La justicia española acaba de denegar el asilo político a una joven inmigrante de Camerún que llegó a España en julio de 2007 en patera procedente del país africano después de sufrir la persecución del gobierno camerunés y de su propia familia, que la denunció, por su condición sexual.
Durante su huida de Camerún, su pareja falleció al tratar de cruzar el estrecho y la joven tuvo que prostituirse en Marruecos para poder costearse el viaje en patera. Al llegar embarazada a las costas españolas, el juez instructor considera que su versión es «inverosímil» con su condición sexual.
«La homosexualidad en Camerún es un delito, está castigada por el derecho penal con penas que oscilan entre seis meses y cinco años de cárcel», denuncia el abogado de la joven, Jorge García. La propia afectada, que no quiso mencionar su nombre por temor, explicó que decidió abandonar Camerún junto a su pareja después de ser encarcelada por su homosexualidad.
Procedente de una «familia acomodada», no podía soportar más la presión y el miedo, ya que sus propios padres la denunciaron por su condición sexual. Tras ser detenida, en la comisaria de policía fue sometida a vejaciones hasta que consiguieron que se retractase de su condición sexual, momento en el cual fue puesta en libertad.
Tras las presiones de sus padres y del propio Gobierno, esta joven camerunesa que jugaba al fútbol en la liga nacional de su país, decidió marcharse con su pareja buscando un futuro juntas, donde su condición sexual no supusiera un obstáculo.
«Les cogí dinero a mis padres y juntas nos fuimos a Marruecos. Estando allí, decidimos que mi novia partiría antes que yo a España, por lo que le pagué el viaje», indicó.
EMBARAZADA Y LESBIANA, «INVEROSÍMIL»
Sin embargo, su pareja sentimental falleció en la travesía y no pudo llegar a España, por lo que sola y sin recursos económicos, esta deportista de élite en Camerún no tuvo «mas remedio» que dedicarse a la prostitución para poder sobrevivir en Marruecos, quedando «embarazada» como consecuencia de ello.
Posteriormente y junto a otros inmigrantes embarcó en una patera, en una travesía que le costó la vida a quince de sus compatriotas, y llegó embarazada a las costas granadinas en julio de 2007.
«Cuando llegué a España expliqué mi situación y condición sexual y me aconsejaron solicitar asilo político porque aquí la homosexualidad no está perseguida, pero me la han denegado y todo lo que digo es cierto», manifestó la joven.
El juez instructor denegó la admisión a trámite de su petición de asilo porque no consideró demostrada la persecución sufrida por su orientación sexual, llegando a definir como «inverosímil e incompatible» su versión con su estado de buena esperanza tras ejercer la prostitución.
Por el momento, con una niña de dos meses que lleva el nombre de su ex pareja, esta inmigrante camerunesa está luchando porque le reconozcan el asilo político y poder rehacer su vida sin temor a la persecución por su condición sexual.