Una madre paraguaya denuncia la deportación de su hijo menor desde Barajas

Una madre paraguaya denuncia la deportación de su hijo menor desde Barajas

Una madre paraguaya, con residencia legal en España, ha denunciado a Efe la retención de su hijo menor de edad en el aeropuerto de Madrid-Barajas y la posterior deportación a su país de origen.

Lilia Noemi Villalba, de 40 años, quien trabaja desde hace cuatro en España como empleada doméstica y afirma que todos sus papeles están en regla, se trasladó hace unos días a Paraguay para recoger a su hijo Guillermo, de 17 años, y traerlo una semana a Madrid, con el fin de «alegrarle» un poco la vida, ya que se encontraba muy deprimido por la ausencia de su madre.

Los dos llegaron ayer sobre las 11.00 horas al aeropuerto de la capital española, pero las autoridades aduaneras no le dejaron pasar y le retuvieron porque le faltaba la carta de presentación, ha relatado Lilia a Efe, tras inquirir «¿Qué mejor carta de presentación quieren que su propia madre?».

Sin poder contener las lágrimas, Lilia, que tiene otros tres hijos que viven también en Paraguay, protesta por el hecho de que no le dejaran quedarse junto al joven, al que deportaron ese mismo día por la noche.

La madre se lamenta del dinero gastado, con «tanto esfuerzo, para nada», y llora al recordar las lágrimas de Guillermo y su impotencia por no poder ayudarle.

Mientras Lilia efectuaba estas declaraciones a Efe en el citado aeropuerto, otras dos jóvenes, una brasileña y otra paraguaya, se lamentaban también de que su familiares habían corrido parecida suerte.

La brasileña, Daiani Sousa Duarte, de 27 años, y que trabaja en un empresa de montaje, ha denunciado que su padre, de 53, fue retenido también ayer para ser deportado a Brasil, por carecer de carta de invitación.

Según Daiani, su padre, Milton Teutonio, ha sido maltratado y esposado por protestar y decir que quería hablar con su hija, y todavía no sabe si continúa en el aeropuerto o ya ha sido expulsado de España.

Eulalia Cañete, paraguaya de 28 años y casada con un español, ha visto también cómo su hermana y su novio, que venían desde Buenos Aires, han sido retenidos antes de pasar la aduana por «falta de dinero».

El control de los pasajeros en Barajas corre a cargo de unos 400 policías que integran el Grupo de Fronteras.

Desarrollan cuatro controles, que se inician con el API (Información Avanzada de Pasajeros), donde se cruzan los datos de viajeros de las compañías aéreas con los policiales.

A pie de avión, el Grupo de Control de Vuelos hace el primer control a los viajeros, principalmente a los tránsitos, para detectar pasaportes y visados falsos, y luchar contra la inmigración ilegal.

En los «filtros de pasaportes» se efectúa un nuevo control, mucho más exhaustivo para los viajeros que no pertenecen a la Unión Europea (UE) que para los comunitarios.

En este control, y según fuentes policiales, se les pregunta sobre los motivos de su viaje, sobre su disposición económica para costear la estancia, y se comprueba si tienen carta de invitación (si es necesaria) y billete de ida y vuelta, entre otros requisitos necesarios para acceder a territorio Schengen.

En caso contrario, son conducidos al Grupo de Rechazos, al que llegan todos los pasajeros no admitidos en los controles anteriores para tramitar su expediente de expulsión.

Ante un abogado y un intérprete, como establece la Ley de Extranjería, un policía entrevista a los no admitidos para dar formalidad a la causa por la que han sido «rechazados en frontera».

El pasajero es puesto a disposición de la compañía con la que llegó a Madrid, responsable de su transporte al punto de origen del trayecto.

Durante la espera, los viajeros permanecen en una sala, que cuenta con camas y televisor, además de un teléfono público, para que sus familiares puedan ponerse en contacto con ellos.

Si se superan las 72 horas de espera, se pide a un juez una orden de internamiento. Además, el viajero tiene la opción de adquirir un billete con otra aerolínea para regresar antes.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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