(PD).- El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguró hoy que no ve «ningún escándalo» en trasladar a sus países de origen a aquellos inmigrantes que sean interceptados en aguas internacionales.
Berlusconi respondió así a las críticas de la Iglesia y la oposición italiana por la decisión del Ejecutivo del 7 de mayo de trasladar a Libia, punto de origen de su viaje, a 227 inmigrantes que fueron localizados a unas sesenta millas de las costas de la isla de Lampedusa.
En rueda de prensa junto al ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, Berlusconi señaló que es necesario marcar una diferencia con los «gobiernos de izquierda precedentes», que «abrieron la puerta a los inmigrantes indocumentados de todos los países».
«La idea de nuestra izquierda era la de una Italia multiétnica, la nuestra no es así», aseguró el líder del Pueblo de la Libertad (PDL).
Frattini respaldó las palabras del primer ministro y argumentó que la repatriación de inmigrantes clandestinos responde a «la aplicación del pacto que los líderes europeos firmaron el pasado diciembre, al final de la Presidencia de turno francesa».
«Las naves de la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex) tienen el deber de devolver a esos países a los inmigrantes; de otro modo, se crearía un mecanismo en el que las patrullas servirían para llevar a las costas europeas a todos aquellos que entran clandestinamente y facilitaríamos el trabajo de los traficantes», manifestó.