"Me da bronca que digan que no siento la albiceleste. Nada me da más joda que me digan que no soy argentino. ¡Qué sabrán de mis sentimientos! La vida me llevó a Barcelona
Lionel Messi pasa días de ensueño. Luego de haberle dado el triunfo en la final del Mundial de Clubes al Barcelona, y probablemente recibir hoy el premio de la FIFA al mejor jugador del mundo 2009, la «Pulga» hizo una confesión que demuestra que no todo es alegría.
«Me da bronca que digan que no siento la albiceleste. Nada me da más joda que me digan que no soy argentino. ¡Qué sabrán de mis sentimientos! La vida me llevó a Barcelona. De chico solo soñé con jugar en la primera de Argentina, en ponerme la albiceleste, nada me da más ilusión. Pienso como argentino y vivo en Cataluña, pero me siento muy argentino».
Pese a los diez años que lleva en Barcelona, Messi no ha perdido nunca su acento argentino: «No sé, soy argentino, hablo así. Siempre hablé como argentino porque soy argentino».
ALGO QUE NUNCA ESPERÓ
Messi nunca imaginó que pudiera llegar tan alto. «Muchas veces me miro al espejo y pienso que lo que me está pasando no es verdad. No me lo puedo creer, nunca soñé con que las cosas salieran así de bien. Es increíble, ni en los mejores sueños pensé que saldría por ahí. No imaginé nunca, cuando llegue de Argentina, que hoy me vería así».
Asegura que sus comienzos fueron duros en Barcelona, cuando llegó con 12 años, aunque nunca le vieron llorar. «Lloraba solo, para que no me viera ni mi papá. Lloraba solo en mi casa, me encerraba y trataba de que nadie se enterara. Lo pasamos mal, hubo etapas que estábamos mi padre y yo en Barcelona y el resto de la familia en Argentina. Sufríamos los dos. De lo básico no faltó nunca nada, pero en lo afectivo sí».
Su estilo, sin embargo, permanece invariable desde su infancia. «A veces tengo la sensación de que mi manera de jugar no ha cambiado nada. En el Barcelona me enseñaron muchas cosas, pero nunca trataron de cambiarme el estilo, aunque no es del todo cierto. Cuando llegué pasaba poco la pelota, pero en muchos partidos solo podíamos jugar a dos toques».
AGRADECIMIENTO
Recuerda que Pep Guardiola , su actual entrenador, le pidió que fuera feliz porque de esa forma todo iría bien. Me habló de cómo quería que jugáramos. Me dijo que cuando me veía con Rijkaard (técnico anterior), yo agarraba la pelota desde muy atrás y que así tenía que hacer mucho camino para llegar al área. Quería que estuviera más cerca del gol. Me gustó la idea».
Tuvo palabras de elogio para Guardiola, de quien dice que ha hecho «mejores» a los jugadores. «Él nos ha hecho mejores. Nos ha cuidado mucho. Es muy humano y por eso es tan querido por los jugadores, si por mí fuera, no dejaría que se vaya nunca».
UN EQUIPO
De sus compañeros de equipo destaca al brasileño Silvinho, que a su juicio fue muy especial. «Yo no soy de hablar mucho, pero sí de escuchar. A él le escuché mucho y siempre me dijo lo que pensaba que era bueno para mí, aunque no me gustara oirlo».
Su entendimiento con los compañeros en el campo es tan profundo que no necesita hablar mucho: «Con Xavi, Iniesta… nos basta una mirada. Nos conocemos bastante como para mirar y entendernos con una seña». Lo hacen todo muy fácil. Uno les ve y se pregunta cómo son capaces de hacer tan fáciles cosas tan difíciles. Es impresionante.