El ‘soul’ apasionado de Alicia Keys embriaga el Sant Jordi

El 'soul' apasionado de Alicia Keys embriaga el Sant Jordi
. Agencia EFE

La cantante neoyorquina Alicia Keys ha embriagado de ‘soul’ y ‘rythm and blues’ a los más de 10.000 espectadores que han asistido al Palau Sant Jordi de Barcelona, en su visita a la ciudad condal para presentar su particular oda a la libertad, «The element of freedom tour», que también pasará por Santa Cruz de Tenerife el próximo 6 de junio.

Keys ha hecho en hora y media larga un repaso de pequeños y grandes éxitos: desde una rockera versión «Falling», el tema que la colocó en lo más alto de las listas de éxitos con tan sólo 20 años, hasta la romántica «I need you».

En todos estos temas, la artista ha hecho un alarde de cuerdas vocales y pasión por la música que han hechizado el Sant Jordi y en las que ha demostrado que, dentro del panorama comercial actual, es de las pocas intérpretes que siente lo que canta.

Una cuidada escenografía en la que los colores eléctricos, unos trabajados audiovisuales y tres coristas han acompañado magistralmente a la cantante. Y sólo el bailarín, superfluo y mal empleado en el espectáculo, ha desdibujado en algunos momentos el ‘show’.

Dentro de una jaula, de la que después ha escapado, y entonando «Love is blind», la cantante ha expresado los dos sentimientos que brillan con luz propia en su último álbum, «The element of freedom». Porque de esto ha ido el espectáculo, de amor y libertad en su máxima expresión ‘soul’.

Icono de la música negra actual, ha brillado en temas como «Karma» o «Another way to die», descendiendo de unas poderosas escaleras y con un sublime movimiento de caderas, ha subido un peldaño más hacia el cielo de los reyes del ‘soul’ y el ‘rythm and blues’.

Acompañada de su piano, inseparable desde que empezara a tomar clases con 7 años, ha emocionado al público con la balada intimista «Pray for forgiveness» y con «Diary». Un alarde de maestría que hubiese aplaudido la mismísima Nina Simone.

Encima de otro piano, esta vez de cola y a lo ‘chica del jazz’, ha cantado la sugerente «Wait til you see me smile», que ha arrancado más de una ovación entre los presentes.

E incluso atreviéndose con un pequeño piano con forma de llave, apelando a su apellido artístico, y rodeada de audiovisuales que emulaban los retratos multicolor de Andy Warhol, ha jugado con «Go ahead».

De pianos iba el asunto, porque Keys no los ha abandonado en todo lo que quedaba de concierto.

Cantados con la pasión y fuerza que sólo el ébano permiten, han llegado tres grandes del repertorio: la desgarrada «Try sleeping with a broken heart», «Superwoman» y «Unthinkable».

Finalmente, el turno del baladón «If ain’t got you», en la que se ha atrevido con unas rimas en castellano, y con el que se ha metido al público, ya de por sí entregado, en el bolsillo.

Se ha visto a una Alicia Keys más emocionada que nunca, y es que el romántico «Si me faltas tú, baby…» parecía ir dedicado íntegramente a su futuro marido, el productor musical Swiss Beatz, con el que la cantante anunció hace poco que espera también un hijo.

Un glorioso «No one», con unos increíbles coros, ha levantado al público de sus sillas y ha encauzado un final apoteósico.

La guinda al pastel lo ha puesto el homenaje gospel a su Manhattan natal, «Empire State of mind (Broken Down)», ampliamente coreada por el público después de que Keys cambiara parte del estribillo para incluir «Barcelona» en la letra.

Ninguna competición de vela ni acuerdo entre museos había acercado jamás tanto a las dos ciudades.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído