La familia real británica ha ahorrado un poco en celebraciones y fastos: los costes para el mantenimiento de la monarquía descendieron 3,3 millones en el pasado ejercicio fiscal hasta los 38,2 millones de libras (46 millones de euros/57,6 millones de dólares), anunció el Bukingham Palace.
El descenso se debe especialmente el recorte de los gastos de viajes. Cada británico paga ahora 62 peniques (siete peniques menos) al año por mantener a la casa real.
La reina utiliza cada vez más sus reservas propias. Solo para pagar sus compromisos y funciones públicas tuvo que gastar 6,3 millones de libras de su bolsillo, 300.000 libras más que el año anterior, señala el comunicado.
Los contribuyentes pagaron 7,9 millones de libras para esa parte del presupuesto. Sin embargo, esto no incluye los gastos de personal.
Para ahorrar en ese apartado, el tesorero del Palacio, Alan Reid, ha frenado las contrataciones.
Los costes de personal casi se habían duplicado en los últimos ocho años. También se eliminará el medio millón de libras para el mantenimiento de palacios, castillos y parques.
La familia Windsord está obligada a publicar sus gastos desde hace seis años ya que el Palacio de Bukingham se considera fiscalmente un edificio empresarial.