Su representante le ha dejado tirado, su ex novia y madre de su hijo le acusa de malos tratos y difunde una grabación con conversaciones privadas, su lengua le juega malas pasadas con comentarios improcedentes y aún no está claro que haya superado sus problemas con el alcohol. Está claro que Mel Gibson, de 54 años, no está pasando precisamente por los mejores momentos de su vida y ya son muchos los que apuntan a que su carrera profesional ha tocado fondo.
El actor y director de Braveheart ya no tiene representante y ya hay más de uno en Hollywood que augura que el final de su carrera ha llegado. De hecho, un productor ejecutivo ha revelado: «Antes prefiero comprometerme con Lindsay Lohan que tener nada que ver con él».
Y es que es muy probable que Gibson no sea capaz de recuperar su buena fama y prestigio después de que su ex novia y madre de su octavo hijo, Oksana Grogorieva, le haya acusado de violencia doméstica y haya difundido unas grabaciones privadas en las que el actor la insulta y hace comentarios denigrantes que no favorecen, precisamente, su imagen.
Por ejemplo, sobre la forma de vestir de la cantante rusa, Mel Gibson le decía: «si te violan un montón de negros, va a ser tu culpa». E incluso una vez llegó a amenazarla con enterrarla «en un jardín de rosas».
Además, Oksana asegura que tiene fotos en las que aparece con un ojo morado y los dientes rotos, como prueba de las palizas que el director de La Pasión de Cristo le propinaba. Al parecer y según publican en RadarOnline, Grigorieva hizo esas grabaciones en defensa propia.
«Cuando las cosas en la relación empezaron a ir mal y él empezó a amenazarla, Oksana decidió que tenía que protegerse», explicó una fuente anónima. «Hizo las grabaciones y en una de ellas se escucha a Mel diciendóle, ‘te voy a enterrar en el jardín de rosas’, que es una clara amenaza de muerte», añadió.
No es la primera vez que Mel Gibson se ve envuelto en una polémica por sus declaraciones. En el año 2006, después de ser detenido conduciendo ebrio en Malibú, el actor le dedicó algunas palabras racistas al agente de policía, considerando que los judíos tenían «la culpa de todas las guerras del mundo». Su carrera sufrió un duro bache entonces y puede que el actual sea el último.