Se trata de una lección de vida que generación tras generación las madres han pasado a sus hijas

Desvelan el secreto mejor guardado: ¿Por qué las mujeres tardan tanto en los baños públicos?

A pesar de que con cierta frecuencia sale a la luz, no deja de causar sorpresa

Desvelan el secreto mejor guardado: ¿Por qué las mujeres tardan tanto en los baños públicos?
En un baño público BBC Mundo

Se trata de una lección de vida que generación tras generación las madres -podríamos decir con cierta seguridad que de todo el mundo- han pasado a sus hijas y, aún así, a pesar de que con cierta frecuencia se desvela, no deja de causar sorpresa.

Luciana Ochoa, de La Plata, Argentina, decidió publicar el pasado 4 de abril en Facebook una historia en la que contaba por qué con bastante frecuencia las mujeres tardan más tiempo que los hombres cuando les toca ir al baño en la calle.

No, no se trata de una cuestión de vanidad. Y tampoco era algo nuevo.

El texto empezaba así:

«El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que de chiquitita tu madre te llevaba al baño…»

y en BBC Mundo lo contamos como una historia original de Ochoa.

Pero lo cierto es que, como aclara un comentario de uno de nuestros seguidores en Facebook, se trata de un texto que lleva dando vueltas desde hace ya varios años.

Su contenido

El relato explica con detalle cómo todo empieza escuchando una vocecita de la madre diciendo «nunca, nunca pero nunca te sientes en un baño público».

Ahora bien, dependiendo del estado del aseo público, se puede decir que las mujeres tienen dos opciones: la de limpiar el asiento para luego cubrirlo de papel higiénico antes de sentarse y la que Ochoa llama postura «ninja».

«‘La Posición’ es una de las primeras lecciones de vida de una niña», se lee en el comentario que esta vez se ha compartido más de 110.000 veces.

«Súper importante y necesaria, nos ha de acompañar durante el resto de nuestras vidas. Pero aún hoy en nuestros años adultos»,

advierte.

«‘La posición’ es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de reventar».

La misma consiste en empezar a doblar las piernas como si se fuera a sentar, pero sin terminar de hacerlo. Es decir, el cuerpo nunca debe tocar el retrete; queda a medio camino entre estar de pie y sentarse.

Ochoa explica cómo el procedimiento se complica cuando la puerta del baño no tiene seguro y/o no hay un colgador para dejar la cartera (pueden suceder las dos cosas a la vez).

«Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar; porque estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, los calzones cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 kg colgando de tu cuello»,

relata.

En la historia titulada El Gran secreto de la mujeres se cuentan todas las peripecias que pueden suceder en un baño público (no deja nada fuera) hasta el momento en que sale del mismo.

«En este momento ves a tu chico que entró y salió del baño de hombres y encima le quedó tiempo de sobra para leer un libro de Borges mientras te esperaba. ‘¿Por qué tardaste tanto?»

te pregunta ya aburrido. ‘Había mucha cola’, te limitas a decir».

Tras su publicación, Ochoa ha recibido cientos de comentarios, muchos de ellos ofreciendo todavía más detalles de lo que ocurre puertas adentro del lavabo de las mujeres.

«Faltó (decir) que te secas las manos en el pelo o a veces tiras de la cadena y no hay agua en el estanque»,

escribe Susana Recabarren.

Mientras que algunos hombres no ocultaron su asombro tras leer tal revelación. «¡Pobres mujeres! Mientras a ustedes les pasa eso, nosotros hacemos competencias para ver quién apunta mejor al centro», comenta Claudio Fabian Sidoli.

Lo que sabemos hasta ahora

Tal y como algunos de nuestros lectores nos informaron, este jocoso texto lleva varios años dando vueltas.

El usuario Una Chica Scout señaló que lo había leído en la revista iLayux hace cinco años. Pero esta no fue la primera vez que el secreto salió a la luz.

Tras hacer una búsqueda en los archivos de Google, la publicación más antigua que pudimos encontrar data del 10 de enero de 2008 en el sitio Onlyarg.com.

Aunque otro de nuestros seguidores en Facebook, Ikíngari Solórzano, cuenta que la historia ya tiene

«muchísimos años, cuando aún no se popularizaba Facebook y todo eran cadenas por e-mail ya se mandaba ese texto».

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