La naturaleza tibetana es dificil de entender desde un punto de vista occidental. Para empezar, la violencia va en contra de su cultura y de su religión.
No la conciben como un medio y sus protestas son siempre pacíficas, así como sus respuestas a las agresiones de China. No obstante, cinco décadas de opresión les ha empujado a ser más vehementes.
Según un experto,
«los tibetanos no exteriorizan sus sentimientos y el sufrimiento lo llevan por dentro, con mucha paciencia. Así, los monjes y civiles que se autoinmolan siguen esta lógica: no luchan hacia afuera, sino que interiorizan su angustia. El suicidio es un acto de desesperación natural, una forma de decir ‘ya no puedo dar más’ por mi pueblo, y por eso dirigen sus actos contra sí mismos».
Y YA VAN 141
Durante las últimas , otro monje tibetano se ha inmolado en Ngaba, una región tibetana de la provincia de Sichuan en China.
La primera víctima, el 27 de febrero de 2009, fue un monje llamado Tapey del monasterio de Kirti, que se encuentra en la citada localidad.
Según la Campaña Internacional por el Tíbet Asociación, de los conocidos 141 tibetanos que se han prendido fuego, 36 (el grupo más grande) eran de Ngaba.
«Es la única forma de reivindicarse que les queda: tratar de dejar de existir, una muestra de impotencia hacia las violaciones de derechos humanos que sufre su pueblo».