Dejar la cartera o la computadora portátil sin vigilar en una cafetería puede no ser una muy buena idea, salvo para los residentes de las ciudades más seguras del mundo. Ellos lo pueden hacer sin que les preocupe.
También pueden volver a casa, solos, de noche, a pie. Y nada de esto se disfruta al costo de vivir en un pueblo somnoliento, sin actividades o vida social.
Para entender qué es lo que se siente, la BBC buscó a algunos de los ciudadanos de estos paraísos incluidos en el ranking de la Unidad de Inteligencia del semanario económico The Economist, una lista elaborada en base a la seguridad personal, la estabilidad de las infraestructuras y del sistema de salud, y la seguridad de la tecnología digital.
Se les preguntó cuál es el mejor barrio para vivir, qué es lo que exactamente les hace sentirse a gusto y por qué la seguridad no es sinónimo de aburrimiento.
Osaka, Japón
Junto con Tokio, nombrada la ciudad más segura del mundo, Osaka encarna la paz mental general que se puede sentir en todo el país.
«Japón es en general un país increíblemente seguro para vivir»,
dice Daniel Lee, el fundador de la revista local Kansai Scene Magazine, quien se mudó a la ciudad desde Reino Unido hace 17 años.
«Lo es tanto, que los lugareños están acostumbrados a dejar sus pertenencias sin vigilar sobre la mesa de la cafetería cuando se levantan para ordenar comida en la barra. Algo impensable en cualquier otro lugar».
Osaka es una ciudad enfocada a los negocios, lo que significa que la gente trabaja hasta tarde y toma el transporte público ya de noche.
«Las estaciones suelen estar tan llenas de día como de noche», explica Yoshie Yamamoto, quien llegó de Kioto hace 25 años y regenta el teatro Noh más antiguo de la ciudad.
«No hay problemas para que las mujeres viajen solas en metro de noche», añade.
Esta cultura orientada al trabajo también da pie a conversaciones amistosas.
«Osaka es una ciudad de vendedores y a los lugareños les encanta hablar», dice.
«Puedes entrar a cualquier bar y ser tratado como un viejo amigo al que no han visto en tiempos. Es posible que no entiendas ni una palabra de lo que te digan, pero su buena onda te conquistará»,
exclama.
En esa línea, para poder mezclarse con los lugareños Yamamoto recomienda vivir en una zona céntrica, donde aún son comunes casas tradicionales japonesas.
«Son lugares relativamente baratos, ya que los han habitado los mismos inquilinos durante años», dice.
«Si te haces amigo de tus vecinos conocerás el verdadero carácter de Osaka, lleno de afecto, calidez y amistad».
Y aquellos que busquen un estilo de vida más relacionado con la naturaleza pueden buscar casa en las ciudades dormitorio de alrededor, como Minoh y Kita-Senri, o en Kobe y Kioto.
Ámsterdam, Holanda
Con menos de un millón de habitantes, Ámsterdam es bastante más pequeña que muchas de las ciudades de la lista.
Esta característica le da una notable ventaja a la hora de proporcionar un ambiente residencial seguro y relajado.
«Me siento increíblemente seguro», confirma Toni Hinterstoisser, gerente general del hotel de lujo Andaz Amsterdam Prinsengracht, quien llegó a la ciudad desde Nueva York hace tres años.
«El espíritu libre de la gente hace que sean más relajados con las cuestiones cotidianas. Nadie se altera con facilidad»,
dice.
Todos los barrios de la capital holandesa se consideran seguros, pero los distritos del sur, como De Pijp y Oud-Zuid, son más exclusivos.
Hinterstoisser vive en Oud West, a dos escasos kilómetros del centro y junto a Vondelpark, el mayor parque de la ciudad.
Eso sí, sea donde sea donde elijas vivir, no esperes que el apartamento esté nivelado, advierte.
«Como Ámsterdam está mayormente construida sobre el agua, las casas no son completamente rectas»,
explica.
E ilustra:
«Si colocas una pelota de tenis en el suelo, rodará sola y con bastante rapidez hasta el otro extremo de la habitación».
Sídney, Australia
A pesar de ser la mayor ciudad de Australia, su cultura orientada a los barrios hace que los habitantes se sientan seguros en Sídney.
«Los miembros de la comunidad se cuidan los unos a los otros», dice Richard Graham, nativo de la ciudad y dueño de la empresa turística local My Detour.
«Si alguien parece sospechoso se corre la voz».
El gobierno de la ciudad aprobó recientemente un plan para destinar US$15 millones al año a mejorar aceras y cruces peatonales para animar a los ciudadanos a caminar.
Victoria Moxey, originaria de Buenos Aires y fundadora de la guía local Urban Walkabout, cree que el proyecto está ayudando a mantener la seguridad.
«Las calles y las cafeterías están siempre llenas, la gente pasea a sus perros o simplemente explora la ciudad», explica. «En Sídney, cuanto más caminas por sus calles, más te sientes parte de la comunidad».
Para poder sacar el máximo provecho a esta cultura del caminar, los recién llegados suelen optar por vivir en Potts Point, a 3 kilómetros al norte del centro de la ciudad.
Los edificios art decó y los cafés crean en el barrio un ambiente que recuerda a Nueva York.
Pero para disfrutar de un estilo de vida playero, Waverley o Bronte, la opción preferida de los surfistas, son una buena alternativa. Están a 8 kilómetros al sureste de la ciudad.
Singapur, República de Singapur
Esta ciudad estado del sureste asiático se toma la aplicación de la ley muy en serio y el resultado es un ambiente muy seguro.
Rinita Vanjre Ravi, originaria de Bangalore, India, y cofundadora del sitio web de comida BonAppetour, explica la diferencia que un departamento de policía bien financiado puede marcar en este sentido.
«En Singapur la policía está bien pagada y esto le permite preocuparse por el bienestar de sus ciudadanos»,
dice.
«Puedes dejar tu bolso sobre la mesa de cualquier restaurante e ir a la barra para pedir la comida con toda tranquilidad, sabiendo que seguirá ahí cuando vuelvas»,
añade.
«(Si lo roban) saben que hay muchas posibilidades de que los agarren y los castiguen».
La estabilidad política y la no tolerancia a las bromas religiosas o racistas también contribuyen a una convivencia armónica.
Aun así, vivir en un área tan poblada tiene sus propios retos.
Y por ello, se recomienda a los ciudadanos que vivan lo más cerca del trabajo posible, para que el transporte público no se vuelva para ellos un quebradero de cabeza.
Estocolmo, Suecia
Estar tan al norte tiene sus ventajas, como los interminables días de verano.
La luz natural del estío y un centro bien iluminado durante el resto del año contribuyen a la sensación de seguridad.
«Al tener dos niños pequeños, la seguridad es cada vez más importante para mí, y Estocolmo es simplemente fantástico»,
dice Kat T., originaria de Londres y autora del blog An English Mamma in Stockholm (Una mamá inglesa en Estocolmo).»En los parques hay zonas para jugar alejadas del tráfico y zonas verdes y frondosas en el centro de la ciudad».
No tiene el interminable zumbido de Londres, pero Kat descubrió que un lugar tan tranquilo como Estocolmo puede ser a veces una bendición.
Además, a pesar de ser pequeña, es una ciudad «dinámica y sofisticada», asegura.
«Los suecos adoptan con rapidez las nuevas modas, especialmente las que tienen que ver con la tecnología, y con frecuencia marcan tendencia».
La mayoría de los ciudadanos viven en apartamentos cercanos al distrito de negocios, mentras que las zonas en la primera línea de la costa también han sido remodeladas.
Hammarby Sjöstad es una de las áreas más populares allí, por sus avenidas peatonales y su diseño con conciencia ecológica.