Desde Jack el Destripador, hasta Harold Shipman (más conocido como el «Doctor muerte»). Para desgracia de la sociedad, los asesinos en serie son habituales en nuestra Historia. De hecho, los primeros registros que hablan sobre ellos datan del Imperio Romano, época en la que -según se tiene constancia- un grupo de matronas envenenó y acabó con la vida de varios enfermos.
Desde entonces, y gracias a la psicología moderna, se ha podido averiguar que la mayoría de estos criminales cuentan con una serie de rasgos comunes que los caracterizan. Así lo ha afirmado, al menos, la doctora Elizabeth Yardley -Directora del Centro de Terminología Aplicada en la Universidad de Birmingham- en un estudio del que se ha hecho eco la versión digital del «Daily Mail».
1-Están obsesionados con el poder
Según afirma Yardley, una de las principales características de los asesinos en serie es que suelen verse fascinados por el poder y siempre quieren tener el control sobre la situación (incluso cuando saben que han sido atrapados). Algunos, como el doctor Harold Shipman, son un ejemplo de ello, pues usaba su posición como medico para manipular y asesinar a sus pacientes.
A su vez, este tipo de criminales suelen retener información vital que les dan las personas que les rodean para poder usarla contra ellas en un futuro. «Buscan llamar la atención y hacer valer su retorcido sentido de la autoridad», señala la experta en su estudio.
2-Son manipuladores
En palabras del doctor, los asesinos en serie suelen manipular a las personas que le rodean. Esta actitud, usualmente, la esconden bajo una fachada de vulnerabilidad y la idea falsa de que quieren agradar a todo el mundo. «Es una forma de esconder su personalidad siniestra», explica la experta.
Con todo, es cierto que estos criminales cuentan con una capacidad increíble para hacer que el resto del mundo haga lo que ellos desean. Por descontado, y cuando llega el momento de pagar por sus acciones, intentan exculparse acusando de sus infamias a otro sujetos o a alguna enfermedad mental.
3-Son egoístas
Uno de los rasgos que hace que los asesinos en serie suelan ser capturados es que son sumamente egoístas y cuentan con un gran ego. Esta característica hace que no puedan dejar de presumir de sus crímenes o, incluso, guarden recuerdos o «trofeos» de ellos para demostrar que los perpetraron.
Trevor Hardy (condenado por asesinar a varios adolescentes en la década de los 70) es un claro ejemplo de ello, pues solía jactarse constantemente de haber matado a varias personas delante de su hermano pequeño. Eso hizo que acabase entre rejas.
4-Saben usar las emociones de sus víctimas contra ellas
«Los asesinos en serie suelen tener una muy buena comprensión de las emociones de otras personas y se aprovechan de las mismas para usar sus vulnerabilidades o debilidades contra ellas. Usualmente, con el fin de convencerlos para que hagan cosas que nunca harían», señala Yardley.
Así pues, algunos criminales como Ted Bundy lograron encandilar a una joven, ganarse su confianza y, finalmente, asesinarla.
5-Son activos en la comunidad y «buenos vecinos»
Curiosamente, y en contra de lo que puede parecer a primera vista, Yardley afirma que los asesinos en serie suelen comprometerse con la comunidad en la que viven. De hecho, muchos son un pilar esencial de esta. No obstante, y en palabras de la experta, usan dicho rasgo para ganarse la confianza de sus vecinos y, finalmente, atacar.
Un criminal así fue Wayne Gacy, un estadounidense que era conocido por tratar de mejorar su barrio y entretener a los niños vestido de payaso pero que, de forma secreta, asesinó a varias adolescentes y enterró en su jardín los restos.