Rompesuelas, con 640 kilos de peso y de la ganadería de los Herederos del Conde de la Corte, no logró el indulto. (Mariló Montero tiene razón: «Mucho llorar por el Toro de la Vega y ni una lágrima por el sufrido pollo»).
Como era de esperar -solo ha sucedido en 1993 y 1995- no logró superar los límites que los lanceros tienen para dar muerte al animal, que tardó 20 minutos en caer abatido tras cruzar el puente de Tordesillas.
Aún así, el para muchos salvaje torneo castellanoleonés del Toro de la Vega se ha declarado nulo, al no haber habido vencedor.
Soltado desde un cajón instalado en las inmediaciones de la Plaza Mayor, se quedó a quinientos metros del lugar señalado por la organización para ganar la contienda con los laceros de a pie y a caballo, que le hostigaron bajo la lluvia en un pinar próximo al río Duero.
El lancero que le asestó la lanzada mortal en un costado, pero que no computó por no atenerse a un reglamento que obliga a citar de frente, guardando el turno, con el toro emplazado y fijado en el torneante que le cita, es un joven leonés, natural del municipio de Valderas: Francisco Alcalá ‘Cachobo’.
El jurado ha aludido al «incumplimiento del orden de la lidia» y a que se ha hecho un lanzamiento «con el toro en movimiento y detrás de un pino», lo que no está permitido por el reglamento.
Con motivo del torneo, Cruz Roja ha atendido a 15 personas, once hombres y cuatro mujeres, de las cuales ha trasladado a dos al Centro de Salud de la localidad.