¿Has trabajado alguna vez con alguien que no para de soltar comentarios negativos o insultos medio encubiertos?

Cómo ganar la batalla de las frases ingeniosas en la oficina

Cómo ganar la batalla de las frases ingeniosas en la oficina
¿Cómo enfrentar a ese fulano y su gran habilidad para dejarte sin habla con una frase ingeniosa? BBC

¿Has trabajado alguna vez con alguien que no para de soltar comentarios negativos o insultos medio encubiertos?

Un comentario sarcástico como «Oh, eso es muy inteligente» o «Buen intento, pero prueba de nuevo», puede pillarte desprevenido, dejándote sorprendido e incapaz de emitir una respuesta inteligente.

A veces, dos días más tarde, se te ocurre la respuesta adecuada. Pero ya es demasiado tarde.

Escucha activamente. En las palabras de tu «adversario» encontrarás lo que necesitas para desarmarlo.

El tiempo lo es todo y eso significa que tu ingeniosa respuesta debe ser tan veloz como las palabras que te tomaron por sorpresa.

La clave para responder de manera rápida a comentarios impertinentes es perfeccionar tus habilidades auditivas.

Sobre la marcha

Por supuesto, las respuestas ingeniosas no pueden planearse.

 

Según los expertos, solo pueden darse en el mismo momento, utilizando el material inesperado que obtienes de la otra persona al escuchar activamente y con precisión.

Abigail Paul, directora artística del Theatre Language Studio (TLS), en Frankfurt, Alemania, dice que solemos pensar más rápido de lo que los demás hablan, lo cual da al oyente un «tiempo adicional» para componer la respuesta, incluso aunque parezca que todavía está escuchado lo que dice la otra persona.

¿Cuántas veces has estado hablando por teléfono y tuviste una idea para compartir, una respuesta a una pregunta o la solución a un problema antes de que la persona al otro lado del teléfono hubiera terminado su frase?

La misma capacidad de escucha y los mismos procesos mentales pueden aplicarse cuando una conversación se vuelve negativa y necesitas activar tus defensas.

¿Vas a rebajarte a su mismo nivel?

La cuestión es cómo reorientar ese tiempo adicional que tienes mientras escuchas, dice Abigail Paul, quien enseña técnicas de improvisación teatral.

«La mayoría de nosotros no escuchamos todo el mensaje. Tan solo esperamos a que llegue nuestro turno».

«No hay un remedio mágico para mejorar la escucha, aparte de practicarla», agrega.

El factor control

Una estrategia consiste en mejorar las habilidades de escucha gracias a un sencillo juego en el que dos personas construyen una historia, turnándose rápidamente para agregar una palabra a lo que la otra persona dijo justo antes.

El juego obliga a los participantes a escuchar activamente y a responder de forma espontánea.

«El objetivo es liberarnos de nuestro ego y de nuestras propias ideas, porque una gran parte de la escucha es estar dispuesto a cambiar debido lo que se está diciendo», dice Paul.

En el caso de los comentarios sarcásticos, si sabes que tu colega suele hacerlos, entrena tu cerebro para escuchar sus palabras atentamente y prepárate para hacer una observación rápida que calme la situación.

«Le quitas el factor control», explica Paul.

Si un colega te dice: «Oh, eso es muy inteligente», Paul dice que deberías probar contestarle lo siguiente: «Gracias. No siempre recibo elogios sobre mi inteligencia».

O si te dicen: «¿Es eso lo mejor que puedes hacer?», prueba con: «Eso me temo; ¿cuál es el siguiente paso?».

Otra idea es tratar de tragarte el orgullo y adaptarte al estatus de la otra persona.

«Estatus» usado en este contexto -según las reglas de improvisación teatral-, se refiere a hacer que tu compañero de escenario quede bien.

Pongamos como ejemplo que un jefe o un colega te ataca repetidamente.

Paul sugiere seguir la «estrategia del estatus», la cual se transmite mejor con un buen tono de voz.

«Podrías responder a un ‘¿Sugieres algo mejor?’ con ‘Bueno, ya veo que ya tienes algunas buenas ideas, pero creo que podríamos hacer las cosas mejor'», dice Paul.

«Por supuesto, con el tono inadecuado todo sonará mal. No se trata tanto del texto sino del tono que lo acompaña».

No te pongas a su nivel

Las mejores réplicas son respuestas ingeniosas, superiores en un nivel moral, apropiadas y (sobre todo) positivas.

¿El que pega primero pega dos veces? ¿O el que ríe de último ríe mejor?

Según Belina Raffy, consultora de improvisación empresarial que una vez trabajó con un jefe muy pesado, cuando las bromas se vuelven tóxicas es el fin de la innovación.

«Mata todas las ideas en la oficina», dice Raffy.

Y, lo que es peor, deja una estela negativa en la energía de la gente y los equipos destrozados.

Los comentarios negativos en el lugar de trabajo -donde se supone que todos quieren que los proyectos salgan bien y mantener su puesto de trabajo-, suelen nacer de la inseguridad, explica Raffy.

Por ejemplo, un colega puede no estar seguro sobre cómo hacer frente a una determinada tarea, y puede pensar que arrojar la atención sobre otra persona, a través de un comentario negativo, dispersará la atención sobre su ineptitud, ya sea real o percibida.

¿En busca de inspiración? El maestro de la réplica aguda Stephen Colbert es un buen modelo.

Aunque puede ser tentador responder del mismo modo, los comentarios positivos son una herramienta mucho más efectiva para mantener los proyectos en marcha mientras demuestras tu pasión por las acrobacias lingüísticas.

Habrá quienes encuentren el humor en tus respuestas y es posible que las interacciones negativas cesen rápidamente.

Si un colega dice: «Este proyecto va muy despacio», puedes responder: «Al menos va, y tengo la intención de llevarlo en la dirección correcta».

De hecho, dice Raffy, los comentarios ingeniosos positivos refuerzan la confianza de colegas, jefes y subordinados, y pueden transformar un entorno hostil en uno aceptable, donde la opinión de todos cuente.

Los comentarios negativos generan el efecto contrario.

«Aumentan la tensión y hacen que la gente se sienta excluida o inferior, o que no forma parte del grupo», asegura.

Raffy recomienda tratar de poner de manifiesto «lo ridículo de la situación» sin convertirse en el malo de la película.

En lugar de eso, haz que el otro sea la «víctima» de la absurda circunstancia, explica.

Churchill era un maestro de la réplica aguda. «Si fuera su esposa, le echaría veneno a su café», le dijo una vez célebremente Lady Astor, a lo que él contestó: «Si usted fuera mi esposa, me lo bebería».

Pero hay una cosa más que debes tener en cuenta para lograr una respuesta que genere una onda de energía positiva a tu alrededor.

«Las mejores respuestas dicen la verdad; cuando una persona señala algo que los demás no advirtieron», dice Paul. «Eso es normalmente lo que nos hace reír».

Y, por lo general, ese suele ser el objetivo final de una respuesta ingeniosa: provocar una carcajada.

Una risa compartida es una buena forma de reducir la tensión. Hace que la gente se sienta incluida y refuerza lo que a veces es fácil de olvidar: que estamos juntos en esto.

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