Las autoridades venezolanas anunciaron hoy la intervención «a puerta cerrada» del Banco Federal, una institución de mediano tamaño del sistema financiero, por mostrar «debilidades» financieras como la supuesta «falta de liquidez».
El propietario del Banco Federal y principal accionista de la cadena opositora de noticias Globovisión, Nelson Mezerhane, rechazó la medida en contra de la entidad y la calificó como un pase de «factura» política por la posición crítica que mantiene la emisora informativa.
El presidente de la Superintendencia Nacional de Bancos (Sudeban), Edgar Hernández, informó que la intervención «a puerta cerrada», es decir sin atención al cliente, del Banco Federal será afectiva a partir de mañana.
«Hemos tomado medidas para limitar las operaciones en taquilla» este lunes, cuando aún operaba el banco al público, para evitar que se realizaran transacciones fraudulentas, señalo Hernández en rueda de prensa conjunta con otros altos funcionarios gubernamentales.
Hernández dijo que la principal razón de la «medida extrema» de intervención fue que la Sudeban le pidió al Banco Federal un incremento de capital de 1.500 millones de bolívares (348 millones de dólares) para «solventar las deficiencias de liquidez», pero que los accionistas dijeron que «solo podían aportar menos del 10 por ciento».
Precisó que la intervención se mantendrá hasta que la junta interventora entregue un informe sobre el estado financiero del banco, para lo cual cuenta con un máximo de 60 días.
De ese informe dependerá, añadió Hernández, «si se reabre el banco o es liquidado definitivamente».
Hernández no descartó que el proceso de intervención se amplíe «a empresas relacionadas o vinculadas, ya sea financiera o comercialmente», sin más precisiones.
El presidente de Sudeban aseguró que el 96 por ciento de los depositantes del Federal tienen garantizados sus fondos a través del estatal Fondo de Garantías de Depósitos (Fogade).
La entidad intervenida tiene 284.000 depositantes, de los cuales 273.000 tienen garantizado auxilios financieros por un total de 2.150 millones de bolívares (500 millones de dólares), según los datos oficiales.
Hernández aseguró que el Banco Federal ya había enfrentado «problemas de liquidez» entre 1999 y 2002 y 2003 y 2007, y que desde 2009 «ha tenido medidas sancionadoras (dictadas por la Sudeban) por las debilidades financieras» registradas.
Casi inmediatamente después del anunció oficial de intervención, Mezerhane se manifestó «altamente sorprendido» por la medida, que calificó de «factura» política por la posición crítica que mantiene la cadena Globovisión.
«Esta es la factura que me corresponde, este atropello, esta grosería», dijo Mezerhane en entrevista telefónica con Globovisión.
La intervención del Banco Federal, añadió, es el resultado «de una cadena de hechos que demuestra que el que esté apoyando la libertad de expresión en Venezuela, paga por ello».
El banquero tildó de «totalmente falso» la supuesta falta de liquidez del banco, e incluso desmintió que la Sudeban le haya exigido un aumento de capital de 1.500 millones de bolívares.
Según Mezerhane, en diciembre pasado las autoridades le pidieron al banco elevar su capital en 400 millones de bolívares (93 millones de dólares), fondos que una vez presentados por la entidad no fueron aceptados por la Sudeban por considerarlos productos de «préstamos», dijo el banquero.
Acusó directamente al presidente venezolano, Hugo Chávez, de estar tras la campaña contra el Banco Federal, con el alegato de que en diciembre pasado el mandatario habló públicamente de la posibilidad de tomar la entidad financiera.
«El presidente (Chávez) dijo ‘ese banco pa’acá (es decir, a manos del Estado), y nos originó una corrida del 45 por ciento en los depósitos en dos semanas y media», declaró Mezerhane.
Sostuvo que la intervención del Banco Federal forma parte «de un programa premeditado para ir asfixiando a los empresarios que somos fundadores de Globovisión».
En ese sentido, vinculó el caso del banco la orden de captura librada el pasado viernes contra el presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga, y su hijo, por un caso de usura y acaparamiento de autos nuevos.