La Comunidad del Caribe (Caricom) celebra hoy en Jamaica su trigésimo séptimo aniversario en medio de críticas de que ha carecido del liderazgo político necesario para dinamizar el proceso de integración de la región.
El aniversario coincide con la trigésimo primera cumbre de los Jefes de Estado de los 15 países miembros de Caricom que se inicia hoy en Montego Bay, en la costa noroeste jamaicana, y concluye el próximo miércoles.
Caricom fue creada el 4 de julio de 1973 con la firma del llamado Tratado de Chaguaramas para acelerar el desarrollo económico sustentable, ampliar las relaciones comerciales con otros países, lograr niveles de competitividad internacional y fortalecer los vínculos educativos y culturales.
Pero, algunos de sus miembros consideran que tras casi cuatro décadas el bloque regional aún tiene mucho que aprender para profundizar esos objetivos.
«Necesitamos un liderazgo serio en Caricom. No hemos tenido un liderazgo serio», declaró el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.
Sin apuntar a ninguno de sus colegas caribeños, Gonsalves advirtió que la ausencia de ese liderazgo es una de las causas que mantiene rezagado el proceso de integración regional.
En su opinión, Caricom tiene mucho que aprender todavía y podría comenzar su instrucción con el proceso emprendido por la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS, por su sigla en inglés) que recientemente firmó un nuevo tratado para establecer una unión económica entre ellos.
Caricom ha trabajado para implementar totalmente el Mercado Común de la Comunidad del Caribe (CSME) para 2015, pero ha sufrido varios contratiempos.
Gonsalves dijo que el nuevo tratado de la OECS, que cuenta en su seno por algunos de los países miembros de Caricom, ayudará a profundizar la integración y mejorará los acuerdos gubernamentales.
El diario Jamaica Gleaner, uno de los más antiguos del Caribe, también criticó a Caricom en un severo editorial publicado hoy.
El medio sugirió que los líderes de los países miembros de Caricom deberían ser «honestos» consigo mismos para reconocer, como lo han dicho alguno de los integrantes, su incapacidad para proveer «un liderazgo serio» al proceso de integración.
«El próximo paso que deben tomar es obvio: disolver la comunidad y permitir que sus 15 miembros encuentren su propio camino en el mundo o, si lo desean, formar alianzas con organizaciones de comercio y economía diferentes», precisó.
Como un tratado y un concepto, agregó, Caricom fue y sigue siendo una excelente idea; como un mercado común con miras a ser transformado en una sola economía y como un grupo funcional de cooperación ha tenido algo de éxito.
Sin embargo, indicó, en sus 37 años, ha fallado en alcanzar un avance económico significativo y en aquellos países que disfrutan de un relativo éxito en esa área, Caricom ha tenido poco que ver con esos resultados.
El Jamaica Gleaner indicó que la organización no ha puesto en vigor mecanismos efectivos, ni penalidades para el incumplimiento de los compromisos adquiridos por los países miembros.
«Los líderes vienen a las cumbres, como la que se inicia hoy, a hablar mucho, tomar decisiones y compromisos que, la mayoría de ellos, nunca son cumplidos», dijo el periódico.
Edwin Carrington, secretario general de Caricom, desestimó las críticas y mostró optimismo en que la cumbre en Jamaica dará estímulo al bloque regional «en momentos en que nos embarcamos en la segunda década del nuevo milenio».
«Es oportuno que nosotros como una comunidad miremos dónde nos encontramos en este mundo contemporáneo y busquemos los medios para encarar los retos y aprovechar las oportunidades que nos guíen hacia una comunidad viable, próspera y segura para todos», dijo Carrington.
Los jefes de Estado de los países miembros de Caricom analizarán la reconstrucción de Haití tras el devastador terremoto de enero pasado, los impactos de la crisis financiera internacional en la región, el progreso de la implementación del CSME, los acuerdos comerciales con Europa y Canadá, entre otros temas.
Se espera que asistan al acto de inauguración el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, y el secretario general de la OEA, Jose Miguel Insulza.