Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Madrid un ‘cartelillo’ de narcotraficantes vinculado al Cártel de Cali (Colombia), en una operación en la que han sido detenidas 22 personas y se han intervenido 150 kilos de cocaína de máxima pureza.
La investigación comenzó hace siete meses. Varias informaciones pusieron a los agentes tras la pista de dos ciudadanos colombianos, residentes en Valdemoro (Madrid), que estarían organizando un importante envío de cocaína desde su país de origen.
Tras diversas gestiones, los investigadores constataron que se encontraban ante una red criminal cuyos integrantes pertenecían a la misma familia de los Varón Caldera y cuyo máximo responsable sería el cabecilla Martín Fernández Varón, alias ‘El Bala’, que dirigía la organización desde Colombia, hijo de uno de los grandes cárteles colombianos ya desaparecidos y desarticulados, ha explicado el jefe de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO), José Luis Conde.
A principios del mes de septiembre, las pesquisas daban sus frutos y los investigadores constataron que se iba a producir una importante entrega de droga en la madrileña localidad de Parla. Por ello, los agentes establecieron el correspondiente dispositivo policial y, el pasado día 17, abortaron la entrega en los aparcamientos de un centro comercial. En el maletero de un vehículo se incautaron de 65 kilogramos de cocaína y detuvieron a los individuos implicados en el ‘pase’.
Posteriormente, los agentes registraron tres viviendas en Valdemoro donde intervinieron otros 85 kilos de estupefaciente, así como 32 teléfonos móviles, siete coches, cuatro ordenadores personales, una prensa hidráulica, una báscula, moldes para la elaboración de los paquetes de cocaína una vez adulterados y diversos efectos para el manipulado y empaquetado de la sustancia.
‘MODUS OPERANDI’
A medida que avanzaban las investigaciones se supo que los narcotraficantes habían establecido de forma paralela un complejo entramado que les permitía blanquear lo enormes beneficios que obtenían de manera ilícita, dinero que era remitido a Colombia.
El grupo criminal dirigía las operaciones desde Canadá, donde un hijo del jefe del ‘cartelillo’ se encargaban del blanqueo, y desde Colombia, que es desde donde partía la droga, que llegaba a puertos del norte de Europa. «Los narcotraficantes saben que los puertos españoles están blindados y nuestras costas son de riesgo, lo que es un orgullo para nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», ha indicado Conde.
Por ello, se enviaba la droga a puertos del norte de Europa. Una de la máximas responsables del grupo, Ingrid, hija de Martín ‘El Bala’, era la encargaba de recibir la droga y responsable del dinero. Luego se transportaba a España por coche.
Una vez aquí, otra de las hijas del cabecilla, Maribel, diseñó una estructura que le garantizara la salida de activos eludiendo los sistemas de control del Estado español. Para ello se valía de establecimientos comerciales y personas que, a cambio de una comisión, enviaban el dinero ilícito al extranjero –percibían unos 50 euros por cada 3.000 enviados a Sudamérica–, lo que en la jerga policial se llama ‘pitufeo’. El dinero siempre acababa en manos de unas pocas personas de Colombia y Panamá
En el caso de los locales, los giros se realizaban mayoritariamente desde dos locutorios situados en el número 21 de la calle Herencia y en el número 4 de la calle Federico Martín de Valdemoro, cuyos responsables han sido igualmente detenidos. Mediante este método, los investigadores calculan que la organización ha podido remitir en los últimos seis meses una cifra superior al millón de euros, según ha informado Conde.
También en la cúspide de la organización se encuentra Giovanni, sobre el que pesa actualmente una orden de busca y captura internacional, que se encargaba de localizar compradores y de hacer las partidas en Madrid.
FUNCIONAMIENTO DEL ‘CARTELILLO’
El grupo se caracterizaba por tener una estructura criminal integrada en su mayoría por miembros de la misma familia, con la finalidad de garantizarse la lealtad y subordinación de sus integrantes y evitar problemas del pasado, en el que los ‘cárteles’ se desintegraban por luchas intestinas y por el ‘narcoterrorismo’.
Así, ahora, cada uno de sus miembros tenía perfectamente delimitada la tarea a desarrollar dentro de la red: responsables de la organización, responsables del almacenaje de la droga, encargados de contactar con los clientes y cerrar las ventas, encargados de hacer las entregas, buscar pisos de seguridad y regentar los locutorios desde donde se blanqueaba el dinero.
Para dificultar la acción policial, los detenidos empleaban con exclusividad la mensajería encriptada de telefonía móvil, cambiaban constantemente de número de teléfono o utilizaban simultáneamente dos o más terminales con el fin de fraccionar la información que pudieran transferir.
Conde ha explicado que los ‘cartelillos’ beben de la organización de los antiguos ‘cárteles’ de la droga, pero profundizan más en el poder del dinero y en la corrupción de todo tipo de personas para conseguir sus objetivos. «Ya no quieren guerras con las FARC. Están asentados en Europa y Estados Unidos, tienen estudios, están más estructurados y configuran empresas mucho más pequeñas», ha añadido.
Al contrario de sus predecesores, ya no introducen grandes cantidades de droga con aviones, sino que prefieren pasar pequeños alijos de gran pureza y calidad y para ello utilizan su propia marca. Además, ya no son tan violentos y, por ejemplo, en el momento de la detención de este grupo no ofrecieron resistencia.
Tampoco son tan ostentosos como los narcotraficantes de hace décadas. No se les ve envueltos de lujo, ni en grandes coches ni asistiendo a grandes fiestas acompañados de mujeres espectaculares. De hecho, los detenidos, vivían de una forma «austera», según las pesquisas policiales, a pesar de la gran cantidad de dinero que manejaban.
UNA FACCION DEL ‘CARTEL DE CALI’
La organización establecida en España se trata de una de las facciones en lucha del llamado ‘cártel de Cali’ y estaba liderada desde Colombia por un histórico narcotraficante. Este individuo participó activamente en la guerra del narcotráfico, que tuvo lugar en Cali entre los años 2002 y 2005, y que dividió al ‘Cartel del Norte del Valle’ en dos facciones irreconciliables: el cartel de los Urabeños y el clan de los Rastrojos, conocidos como ‘Los Combas’.
En la actualidad, y junto con otro histórico ‘narco’ recientemente liberado de una cárcel estadounidense tras una larga condena, llamado Víctor Patiño Fomeque, alias ‘El Químico’, estarían intentando disputar la supremacía en el tráfico ilícito de cocaína a dos hermanos, líderes de la banda criminal ‘Los Rastrojos’. Para ello, disponían de grupos bien organizados en territorio europeo que les facilitasen la infraestructura necesaria para el tráfico de cocaína a gran escala.
«Esta operación significa un duro golpe para una de las organizaciones de narcotráfico más representativa a nivel global y para sus intenciones de asentarse en territorio nacional», ha indicado el jefe de la UDYCO.
Las investigaciones han sido realizadas por el Grupo XVIII y el Grupo VII, ambos pertenecientes a la Unidad de Drogas y Crimen Organizado adscritos a la Jefatura Superior de Policía de Madrid.