Crean una alianza de ciudades contra la inseguridad en América Latina y el Caribe

Crean una alianza de ciudades contra la inseguridad en América Latina y el Caribe
. Agencia EFE

Alcaldes y representantes de gobiernos locales de 18 países de América Latina y el Caribe crearon hoy en Bogotá una alianza de ciudades contra la inseguridad, fenómeno que ha hecho de Centroamérica la zona más violenta del mundo en cuanto a regiones sin conflictos políticos.

La Alianza de Ciudades por la Seguridad Ciudadana domina el llamado Manifiesto de Bogotá, adoptado al término de una conferencia de dos días sobre violencia convocada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la alcaldía de la capital colombiana.

Una veintena de alcaldes y otros tantos delegados gubernamentales de centros urbanos firmaron este documento, que fue discutido y elaborado durante la Cumbre Internacional para la Prevención de las Violencias en América Latina y el Caribe.

El manifiesto los compromete con la creación de una alianza para el intercambio de «experiencias innovadoras que contribuya a la difusión de metodologías y de acciones para la prevención y control de las conflictividades, violencias y delitos, y el mejoramiento paulatino de la convivencia y la seguridad ciudadana».

«Es la puesta en marcha de una ruta de trabajo para el intercambio de buenas experiencias a través de una secretaría técnica que por el primer año va a ejercer Bogotá», dijo a Efe el secretario interino de Gobierno de esta capital, Andrés Restrepo.

El funcionario explicó que este manifiesto recoge asuntos relacionados con la prevención del tráfico de drogas a pequeña escala, el manejo del deporte y la cultura como actividades de prevención de violencia, el control en los medios de transporte masivo y la violencia de género y contra menores de edad.

Por el documento, los firmantes se comprometen a la sistematización de la información básica sobre los tres indicadores fundamentales de seguridad ciudadana: tasas de homicidio, de victimización y de percepción de inseguridad.

Son preocupaciones que de manera previa estuvieron en la mesa de debate con la presentación del caso centroamericano, a partir de un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que tuvo como coordinador general al experto e investigador colombiano Hernando Gómez.

De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano para América Central 2009-2010, esta región, con una tasa de 29 homicidios por 100.000 habitantes, es la «más violenta del mundo» si se exceptúan las afectadas por una «intensa violencia política».

Además, en Centroamérica «dos de cada diez personas son víctimas de algún delito», señaló Gómez, para quien ésta «es una proporción extremadamente alta».

El estudio comprende a Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, países donde entre el 47 y el 83 por ciento de sus habitantes perciben la inseguridad como una «amenaza muy grave para el bienestar» futuro.

Gómez observó que en América Central «hay cinco veces más guardias privados que policías».

El caso más grave sería El Salvador, según lo admitió el alcalde de San Salvador, Norman Quijano, quien señaló que en su país hay entre 20.000 y 22.000 policías frente a 22.000 guardias privados.

Quijano hizo alusión a la violencia que generan las maras (pandillas) y agregó que la población está sometida al pago de una «renta mensual» por extorsiones o a cambiar de domicilio a causa de las amenazas.

Según el investigador Gómez, esta región está sometida a cinco factores de violencia: delincuencia ordinaria, crimen organizado, narcotráfico, inseguridades no visibles (como violencia contra la mujer) y corrupción, todas ellas fuentes de una alta tasa de criminalidad a la que el sistema no es capaz de responder.

Así lo reconoce el Manifiesto de Bogotá, que las autoridades locales en esta capital acordaron acompañar con iniciativas como la puesta en marcha del Día Latinoamericano y Caribeño por el Desarme, que planean celebrar cada 21 de septiembre, en coincidencia con el Día Internacional por la Paz.

El autor de la iniciativa fue el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, para quien «es muy importante que exista de manera simbólica en el Día Internacional de la Paz un día sin armas en todas y cada una de las ciudades latinoamericanas y caribeñas».

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