Tres personas murieron, entre ellas un policía, y un agente más está desaparecido después de que un contingente de erradicadores de cultivos de coca en el Alto Huallaga (región de Huánuco, centro de Perú) fuera atacado por desconocidos.
Según dijeron a Efe fuentes policiales del Huallaga, el ataque se produjo en torno a las 10 de la mañana hora local, y fue perpetrado por francotiradores que rodeaban desde la espesura del bosque al contingente que participaba en las labores de erradicación.
Alrededor de 202 trabajadores del Proyecto Especial de Control y Reducción de los cultivos de Coca en el Alto Huallaga (Corah) que esta mañana se encontraban en plena tarea, custodiados por 125 agentes de policía, fueron de pronto atacados desde varios lugares con fusiles al parecer dotados de silenciadores.
Las fuentes dijeron desconocer si los atacantes eran meros narcotraficantes o «terroristas», en alusión a los remanentes de Sendero Luminoso que operan en la zona y a los que se supone aliados a grupos del narcotráfico, a los que prestarían escolta.
La policía ha organizado unas batidas para encontrar a los atacantes, pero las fuentes no quisieron dar otros detalles para garantizar su seguridad, y añadieron que otro grupo de agentes ha salido a buscar a su compañero desaparecido, al que se supone caído en alguna quebrada, tal vez herido o muerto.
Perú lleva a cabo campañas de erradicación de los cultivos ilegales de coca para contrarrestar el permanente incremento de hectáreas de la hoja, materia prima de la cocaína.
Según el portal del diario El Comercio, la zona de la emboscada ha estado bajo una intensa lluvia desde la mañana de hoy, razón por la cual todavía no se ha podido evacuar al resto de trabajadores del Corah y a otros policías que habrían resultado heridos en el ataque.
Perú es actualmente el segundo productor de hoja de coca y cocaína en el mundo, con algo más de 56.000 hectáreas, según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes.
Además, el porcentaje en la producción global de cocaína de Perú pasó del 29 por ciento en 2007 al 36 por ciento en 2008, con un estimado de 300 toneladas de la droga, según datos de la misma fuente.
