La OEA y la Segib respaldaron hoy las tesis de la Cepal que proponen fortalecer el papel del Estado en América Latina, como promotor de igualdad social y «escudo» frente a las crisis financieras que «están lejos de concluir».
En la segunda jornada del 33 período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), esa iniciativa también fue apoyada por el canciller brasileño, Celso Amorim, quien saludó la «ruptura» que ello supone con el «lema» que hace diez años pedía para la región «más liberalización, desregulación y privatización».
La propuesta de la Cepal está plasmada en el documento «La Hora de la Igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir», presentado en Brasilia como «una agenda para la igualdad», sobre la base de una «nueva ecuación» entre el Estado, el mercado y la sociedad.
Según la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, se propone «más Estado, un mejor mercado, con normas muy claras, y una mayor participación del pleno de la sociedad» en las decisiones para cerrar la enorme brecha social que persiste en América Latina y el Caribe.
El secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, dijo hoy que la Cepal ha trazado «una carta de navegación para la búsqueda de un nuevo modelo», mediante el cual América Latina y el Caribe pueden avanzar en el combate a la pobreza y superar su condición de meros exportadores de materias primas.
La misma opinión expresó el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien calificó el documento de «manifiesto político», que propuso incorporar a las agendas de los organismos multilaterales de la región.
Iglesias alertó de que la crisis financiera actual «durará mucho más de lo que algunos piensan» y previó que provocará una «compleja redistribución» del poder mundial.
El titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib) dijo: «Sabemos como la crisis empezó, sabemos que va a durar mucho más de lo que muchos piensan y también sabemos que abre un largo proceso de incertidumbre».
La crisis que estalló en 2008 en EE.UU. y la que se abate ahora sobre Europa «tienen un punto de llegada, que nos encontrará con unos nuevos actores, una nueva sociedad y un nuevo sistema de relaciones mundiales», que pueden suponer «el mayor cambio de poder ocurrido en siglos», vaticinó.
Apuntó que de ese proceso dependerá el «nuevo modelo» social, económico y político que se impondrá en el mundo, que «posiblemente» tendrá un «polo de poder asiático» y será «un gran desafío a la gobernabilidad mundial».
Según Iglesias, ese nuevo orden puede «ser una oportunidad» para que América Latina busque otras formas de inserción en la economía y la política del mundo, aunque aclaró que eso «no será gratis» y que la nueva posición habrá que «ganarla».
Para ello, consideró que el nuevo modelo de desarrollo regional deberá poner énfasis en la inclusión, mejoras de la productividad y la competitividad y «los valores éticos» de la justicia social.
En la segunda jornada de la conferencia fue emitido un mensaje grabado por el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, quien tenía previsto asistir a la cita de la Cepal pero se ausentó por los preparativos de la Cumbre Mundial sobre el Futuro de Haití, que se realizará en Santo Domingo.
Fernández respaldó la tesis de la Cepal, pero alertó de que los esfuerzos mundiales por aplicar regulaciones más firmes a los mercados deben ser medidos y procurar un «equilibrio», que no cierre camino a las libertades económicas.
«Tampoco se puede caer a excesos de regulación», apuntó.
Según Fernández, una de las lecciones que deja la crisis es que es necesario «humanizar la globalización», que pese a sus ventajas también «ha tenido efectos nocivos sobre buena parte de la población mundial».
El 33 período de sesiones de la Cepal concluirá mañana y será clausurado por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien dictará una conferencia precisamente sobre el papel del Estado en la economía y como factor de transformación social.
