El Gobierno estadounidense celebró hoy la liberación durante el fin de semana del disidente cubano Ariel Sigler Amaya, gravemente enfermo, y espera que se produzcan nuevas excarcelaciones por parte del régimen castrista.
«Acogemos con beneplácito la noticia de que Ariel Sigler Amaya haya sido liberado de prisión en Cuba», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
Durante sus siete años de prisión el estado de salud de Sigler se deterioró gravemente y quedó parapléjico por una neuropatía carencial asociada a problemas nutricionales, entre otras patologías.
Sigler forma parte del grupo de los 75 prisioneros detenidos en 2003 y condenados a penas de hasta 28 años de cárcel acusados de atentar contra la independencia del Estado, conspirar con Estados Unidos y socavar los principios de la revolución.
Además de la licencia a Sigler, el Gobierno del general Raúl Castro anunció en la noche del pasado viernes a la Iglesia católica el traslado de seis presos políticos a cárceles de sus provincias.
«Vemos esto como algo positivo y esperamos que lleve a la liberación de más presos de conciencia», agregó el portavoz que enfatizó que «deben ser liberados inmediata e incondicionalmente».
En cuanto al papel de la Iglesia en las negociaciones con el Gobierno de Castro sobre la libertad de los presos políticos el portavoz dijo que la administración estadounidense lo «respeta».
Estados Unidos «respeta el papel positivo desempeñado por aquellos que trabajan para la mejora del tratamiento y la liberación de los presos políticos, incluida la Iglesia católica».