Dos testigos identifican al acusado como el agresor del congoleño

Dos testigos identifican al acusado como el agresor del congoleño
. Europa Press

Dos testigos que presenciaron la mañana del 10 de febrero de 2007 la agresión que sufrió Miwa Buene Monake en la calle Río de Tajuña de Alcalá de Henares identificaron a Roberto Alonso como el autor del fuerte golpe que recibió el congoleño en la nuca, lo que le provocó una tetraplejia que le dejó postrado en una silla de ruedas.

La Audiencia Provincial de Madrid celebró esta mañana la segunda sesión del juicio contra el acusado por un delito de lesiones, con la agravante de motivación racista. El procesado, de 32 años, se enfrenta a una pena de 12 años de prisión a instancias tanto del fiscal como de la acción popular, que representa al Movimiento contra la Intolerancia.

La declaración de los testigos echó por tierra la versión del procesado, quien ayer negó en su declaración haber sido el autor del puñetazo que le dejó tetrapléjico y aseguró que no es «racista ni xenófobo». «Si lo hubiera hecho, me hubiera quedado a ayudarle porque no huyo. Si hago algo, lo tengo que pagar», aseveró.

«Vi a una persona de conflexión fuerte, pelo corto y con patillas», aseveró José Antonio L., quien reconoció al procesado sin ningún género de dudas en un album de fotos de la Policía y en una rueda de reconocimiento. Según relató, la mañana del 10 de febrero de 2007 se encontraba en la calle Río de Tajuña cuando observó cómo dos personas, una de color y otra blanca, discutían de forma acalorada.

«Iba caminando por la acera. Antes de doblar la esquina, giré la cabeza para ver si seguían discutiendo y vi cómo la persona blanca golpeaba con la mano abierta al hombre de color, que cayó en el suelo desplomado», narró el hombre. Acto seguido, el testigo fue a auxiliar a la víctima, que no se podía mover.

Otra de las personas que ese día presenció los hechos relató al tribunal que cuando el agresor golpeó a la víctima, éste se alejó del lugar al grito de ¡Arriba España! y con el brazo en alto. «Se alejó chillando ‘nos están invadiendo, ¡Arriba España!», contó Juan Carlos Hernández.

El testigo aseguró que el procesado amenazó a la gente que había visto los hechos para que no contaran nada de lo sucedido y sostuvo que iba «bebido o drogado». Tras ello, el testigo se introdujo en un gimnasio próximo al lugar y le pidió a la recepcionista que alertara a la Policía.

APOYO POLICIAL

En la sesión, comparecieron los agentes que identificaron al acusado el mismo día de los hechos, teniendo que requerir apoyo de otra patrulla porque estaba alterado y agresivo. Explicaron que una de las personas que presenció los hechos les comentó cuando se personaron en el lugar que el agresor estaba viendo lo que estaba pasando oculto en una esquina de un edificio próximo.

Los agentes relataron que al pedirle que se identificara, el acusado se puso agresivo y se vieron obligados a pedir ayuda policial. Además, contaron que entonces comentó que si era por lo del golpe al negrito.

En la sesión de mañana testificarán los forenses para acreditar las lesiones medulares que sufre Miwa. Como consecuencia de la agresión, sufrió lesiones consistentes en fractura-luxación C4-C5 y fractura C6 con lesión medular a nivel C4 y tetraplejia inmediata con gran invalidez.

Además, presenta vejiga e intestino neurógeno con incontinencia urinaria y fecal, disfunción eréctil, falta de movilidad y de sensibilidad y precisando ayuda de terceros para todas as actividades de su vida diaria y de silla de ruedas para sus desplazamientos. La víctima presenta un trastorno depresivo mayor severo y un trastorno psicótico.

En concepto de responsabilidad civil, el fiscal solicita que el procesado indemnice a Miwa, de 42 años, con 26.620 euros por los días que estuvo hospitalizado y con 350.000 euros por las lesiones medulares permanentes.

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