Interpol está analizando los aspectos legales de la orden de arresto internacional solicitada contra el depuesto presidente kirguís Kurmambek Bakiyev, acusado por el Gobierno interino de la ex república soviética de ordenar a la Policía que disparase contra civiles en los disturbios desatados en abril en la capital, Bishkek, y donde murieron más de 80 personas.
Según un comunicado de Interpol en Kirguistán, la organización analiza estos días si la orden de arresto concuerda con «la normativa y constitución» de la organización. «La oficina de asuntos legales anunciará los resultados del estudio en cuanto la Secretaría General tome una decisión después de investigar la información de la petición», asevera la nota, recogida por la agencia rusa RIA Novosti.
Bakiyev se encuentra refugiado en Bielorrusia, aunque el Gobierno provisional de Kirguistán ha solicitado su extradición para iniciar contra él un proceso penal. El ex mandatario denunció durante una rueda de prensa en Minsk el pasado lunes que las acusaciones contra él y su familia son «infundadas». Además, ayer, la Fiscalía General bielorrusa rechazó la petición de extradición.
Las autoridades provisionales kirguises también reivindican la extradición del hijo menor de Bakiyev, Maxim, detenido a principios de semana en Reino Unido. La intención es juzgar al padre y al hijo por cargos de terrorismo que, en el caso del joven, se sumarían a otros de fraude por el presunto robo de 35 millones de dólares de un préstamo ruso de 300 millones.