El Ayuntamiento de Figueres (Girona) prohibirá llevar la «cara tapada» en instalaciones municipales, a través de una modificación de la ordenanza municipal y en el marco del Pacto Cívico de Convivencia, acordado por el equipo de gobierno el 12 de marzo, informó el Consistorio.
Para desarrollar el documento el Ayuntamiento se ha presentado a la convocatoria de la Conselleria de Gobernación y Administraciones Públicas de la Generalitat para proyectos de desarrollo, consolidación de políticas locales de fomento del civismo y la dinamización comunitaria 2010-2011.
Según explicaron fuentes municipales, el objetivo es mantener la larga tradición integradora de Catalunya, y fomentar un modelo de convivencia adecuado. Por ello, se regulará el uso de prendas que tapen la cara y dificulten la identificación personal en instalaciones municipales.
Gobiernan en Figueres la coalición de CiU –con el alcalde y seis concejales–, ERC –con otros seis–, ICV –con uno– y el Grupo Mixto, con otro. En la oposición se encuentran el PSC –con cuatro concejales– y el PP –con dos–.
ROSES, PALAFURGELL Y MATARO
Según informaron a Europa Press fuentes municipales de Roses (Girona), el PP presentará en el próximo pleno una moción para prohibir el uso de velos integrales –‘burka’ y ‘niqab’– en las instalaciones municipales.
Los populares de Palafurgell (Girona) también estudian por su parte la posibilidad de presentar una moción en el pleno del julio para que se prohíba el uso de velos integrales en los edificios de titularidad municipal.
En declaraciones a Europa Press, el portavoz del PP en Mataró (Barcelona), Pau Mojedano, informó de que el 1 de julio presentarán una propuesta de resolución para prohibir los velos integrales en el municipio, mientras las Cortes y el Parlament no los regulen.
La propuesta pide que se prohíban las prendas y accesorios que «cubren totalmente la cara e impiden la identificación y comunicación visual» en la calle y en las instalaciones municipales «que no tengan finalidades religiosas». Contempla excepciones en el caso de «fiestas tradicionales; por razones de seguridad en fuerzas y cuerpos policiales, y por motivos de salud e higiene en el trabajo».
El documento afirma que los velos integrales atentan contra la seguridad y la igualdad, y que simbolizan valores culturales que «legitiman la dominación de las mujeres por parte de los hombres».
Aunque admite que «no son piezas de uso frecuente», emplaza a mediar con las familias para que «entiendan que estas prendas no tienen cabida un contexto cultural ni en un marco de referencia y de valores de un país occidental».
